En mi opinión, “Uno y medio contra el mundo” (1973) es la única cinta de Vicente Fernández que vale la pena tal vez junto con “El albañil” (1975).
Dirigida por José Estrada, “Uno y medio contra el mundo” narra las peripecias de dos amigos, Vicente y un niño quien resulta ser una niña, el primero es encarcelado y la segunda continúa con algunas peripecias como merolica o ciega y cantante para lograr unos cuantos pesos en Chihuahua y las calles del entonces Distrito Federal; ya como mujer esa niña es hermosa (nada menos que Ofelia Medina) y así vuelve a encontrarse con su amigo hasta que la amistad se vuelve deseo. (El tema de la película fue “Como paloma errante”)
Pero en aquel México de los setenta donde la homofobia era aún más acendrada que en la actualidad, Chava (Ofelia Medina) se equivocó al volver a vestir como muchacho para abrirse paso en el mundo implacable del desempleo y así, como muchacho, besar a Vicente Fernández. Nada más y nada menos que la equivocación provocó que fueran acuchillados y muertos por lilos.
46 años después de esa película, el mismo Vicente Fernández sigue sin entender.