Desde que Peña se sentó en la silla grande, una de las cosas más criticadas ha sido los costosos atuendos de su mujer. Los atuendos y sus casas y sus viajes y la ineptitud para dar respuesta por los 43 normalistas desaparecidos y las reformas y el incremento al IVA, y sus portadas en el Hola!, por supuesto.
Otros de los temas que marcan la agenda de los críticos (y en general de los que no votaron por el PRI en el 2012) es la constante entrada y salida del presidente a diferentes hospitales.
Los rumores resuenan como cientos de cencerros de chivos de matanza: ¿La extrema delgadez y el evidente deterioro de la guapeza del presidente se debe a una enfermedad seria? Y se ser así, ¿ lo más políticamente correcto es revelarlo?
El clamor popular exige repuestas prontas y satisfactorias, pero yo me pregunto: si tuviéramos la certeza (y la verdad), ¿qué procedería? ¿Hay héroes en esta historia?
Las redes sociales están llenas de invitaciones a firmar en pro de diferentes causas. Una de ellas es la renuncia de Peña. Ok, supongamos que se juntan millones de firmas, ¿y luego? Esto algo muy alejado a un referéndum. O sea que la unión sigue sin hacer la fuerza.
Por otro lado, los abajo firmantes de todas estas causa nobles en pro de la patria seguimos realizando pequeños actos de corrupción cotidianamente: desde sobornar a un maestro para que nos acredite una nota, hasta las consabidas transas viales.
Luego entonces qué pasaría si nuestros más caros sueños patrióticos se volvieran realidad. Seguro habría una tolvanera de celebraciones poco piadosas y de mal gusto expresadas en memes llenos de lugares comunes, después un caos peor del que vivimos. Incertidumbre. Y ante este escenario, y como se dice vulgarmente, ¿cuántos aguantaríamos vara?
El ámpula que se nos levantó a un costado del alma esta semana fue la visita de los Reyes de España.
Lo malo es que todo este escozor se ha centrado en una frivolidad: ¿cuál de las esposas es más o menos refinada? ¿Cuál se para mejor? ¿Cuál usó los trapos más caros?
¿Cuál tiene el mejor nalgatorio?
Y la ola de indignación, ¡oh my gosh, La Gaviota lo hizo de nuevo!, ¡trae un vestido de más de 50 varos! Que para variar la hace parecer cortina de baño o jugadora de americano…
Mientras, doña Letizia recibe loas por su buen gusto y buen porte, por su precioso Hugo Boss de punto. ¡Y es que mientras el pueblo mexicano tiene hambre, la señora de Peña gasta millones en parecer de la realeza!
Y me pregunto de nuevo: ¿No debería de ser igual de indignante que en pleno siglo XXI haya monarquía?
En España hay miles de “parados”, gente que no tiene para comer ni mantener a sus familias, pero eso el grueso de la población mexicana parece ignorarlo.
Y por cierto, aquellos que incendian las redes con burlas y memes chafas, ¿saben a qué vino “Su Majestad” Felipe VI?
Si el mexicano se queja tanto y es tan unido por la causa y hace de su coraje una burla ilustrada, ¿por qué no lapidan también a los Reyes? Por qué no pegan el grito en el cielo por los zapatos finísimos de la reina si con un par de ellos comerían varias familias de madrileños, por ejemplo…
Lo que pasa es que la viga que tenemos enterrada en el ojo no nos permite ver “la paja” en el ojo de los demás.
#Joer