La violencia contra la mujer es la que se ejerce por su condición de mujer, siendo ésta «consecuencia de la discriminación que sufre tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razones de género»
El año pasado denunciaron 968 casos de feminicidios, un aumento del 127 % con respecto a 2015. En la actualidad, aproximadamente uno de cada cuatro asesinatos de mujeres en México se clasifica como feminicidio.
La discusión se ha centrado en la violencia política de género, a raíz de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que el presidente López Obrador emitió ciertos comentarios que constituyen este tipo de violencia hacia la senadora Xóchitl Gálvez.
El presidente sostiene que se trata de acusaciones falsas y que sus palabras fueron distorsionadas por los magistrados. Además, subraya que él también ha experimentado violencia política y cuestiona si todas las críticas hacia él no constituyen una violación de género: “¿Todo lo que me dicen a mí no es violencia de género?”
De acuerdo con el INE, atender la violencia política contra las mujeres por razón de género, incluye aquellas acciones u omisiones que afectan a mujeres de manera diferenciada y menoscaben sus derechos políticos, incluyendo su desempeño en cargos públicos. La violencia política hacia las mujeres puede adoptar diversas formas como violencia física, sexual, simbólica, psicológica, económica o patrimonial en el ejercicio de sus derechos políticos.
Lamentablemente, México enfrenta graves problemas de violencia e impunidad que deja a las mujeres en una posición especialmente vulnerable. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, más de 67,000 mujeres sufrieron lesiones intencionales en 2022 y la violencia de género alcanzó cifras récord el año pasado.
México registra cifras alarmantes de violencia familiar afectando a siete de cada diez hogares. Con relación a la violencia sexual, el INEGI reportó 1.7 millones de delitos contra mujeres en 2021, que van desde acoso hasta la violación.
Medir la violencia verbal es complejo, pero las redes sociales y estudios cualitativos sugieren que los comentarios agresivos y ofensivos hacia las mujeres son frecuentes y a veces obscenos. La palabra tiene un gran poder, y lamentablemente hay muchas expresiones cotidianas que confirman el sesgo subconsciente de que los hombres son intelectual, física y moralmente superiores a las mujeres.
Claudia Sheinbaum ha sido asociada repetidamente con términos que sugieren dependencia de hombres en comparación con Xóchitl Gálvez. Búsquedas en Google revelan múltiples términos despectivos asociados con Gálvez y Sheinbaum. “Títere” y “marioneta” son términos comunes asociados con ambas políticas. “Muñeca de ventrílocuo” y “regenta” también se usan para describir a Sheinbaum quien recibe 6 veces más ataques machistas que Xóchitl Gálvez. De acuerdo con un artículo publicado en Milenio, Xóchitl aparece 43 mil 180 veces ligada a alguna palabra despectiva en internet, en tanto que Sheinbaum se encuentra en 246 mil 351 ocasiones.
En un momento electoral polarizado, es esencial unir esfuerzos para proteger a las mujeres. México es un país con un promedio de once feminicidios al día, es imperativo priorizar la erradicación de la violencia de género por encima de los intereses políticos.