En el PRD urge una nueva dirigencia que lo reconstruya, tras ser superado por Morena como primera fuerza de izquierda en el país durante las pasadas elecciones: un millón 706 mil 952 sufragios por 457 mil 486.
Le urge porque, aun habiendo renunciado al liderazgo nacional y le resten días para entregar el cargo oficialmente, el todavía presidente en los papeles continúa dañando al PRD: Agustín Basave sigue actuando como observador político y no como líder, renunciado, pero líder formal del partido.
Según Basave, Silvano Aureoles es la carta priista en el PRD en 2018 porque, en sus cuentas de café con leche, “el PRI ganaría caminando” la Presidencia porque Silvano tiene relaciones con Manlio Fabio Beltrones, el Presidente de la República y miembros del gabinete.
Ese tipo de cuentas alegres son el gran legado de Basave en sus siete meses como dirigente nacional de un partido en el cual es un advenedizo, mientras que Aureoles no sólo es uno de los tres escasos gobernadores del PRD, sino un político con código genético perredista como fundador del partido.
Porque si el PRD era un barco a la deriva cuando Los Chuchos le dieron el timón a Basave, el PRD es ahora un barco embarrancado:
—A su llegada, el PRD era la tercera fuerza política del país y ahora es la cuarta; perdió 61 ayuntamientos y ocho curules en Congresos locales en comparación con los que tenía antes y está a punto de perder el registro en Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas.
Así que el PRD debe pasar cuanto antes la página de Basave y potenciar a sus gobernadores, entre los cuales sobresale justamente Aureoles por lo que le critica Basave: sus cualidades políticas para el diálogo, la cohesión, la idea de la política como el arte de lo posible.
Porque si las tiene para llevar una relación civilizada con las otras fuerzas políticas y los políticos de otros partidos, del sistema y del grupo de poder, entonces las tiene mucho más para aglutinar a un instituto del cual se va Basave precisamente porque le fue imposible conjuntarlo.
“En el PRD si no se pertenece a un bloque no es posible gobernar”, argumentó Basave en su renuncia. Pero defendió llevarse bien con el PAN, porque le permitió al PRD al menos participar en tres gobiernos en alianza. Ah, pero critica que un gobernador tenga contactos con los partidos.
Más bien el PRD debe aprovechar a Silvano Aureoles como fundador y gobernador con recursos, fuerza y raigambre para regresar a sus fuentes como partido propositivo, institucional y defensor del aborto, las bodas gay, la donación de órganos…
Y no por eso dejar de ser un partido exitoso.
Este artículo fue publicado en La Razón el 22 de junio de 2016, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página.