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Zuckerberg se enfrentó el martes a una dura audiencia de casi cinco horas en el Congreso de EE UU (este miércoles lo hará en el Senado) por el caso de la filtración masiva de datos personales de millones de usuarios a través de la consultora británica Cambridge Analytica y por el que supuestamente se interfirió en el resultado de las elecciones estadounidenses que llevaron al polémico magnate republicano Donald Trump a ocupar la Casa Blanca en 2016. Zuckerberg acabó entonando el mea culpa. Estos son algunos de los momentos incómodos del fundador de la potente red social.

Privacidad

De todas las preguntas que los legisladores estadounidenses le hicieron el martes a Mark Zuckerberg, ninguna sorprendió más al fundador de Facebook que la del senador demócrata Dick Durbin: “¿Te sentirías cómodo compartiendo con nosotros el nombre del hotel en el que te hospedaste anoche?”. Zuckerber hizo un pausa de ocho segundos, sonrió entre dientes e hizo una mueca. “Um, uh, no”, zanjó desatando las risas de los asistentes.

Zuckerberg —que sustituyó su camiseta gris por el traje y la corbata azules— probó del mismo jarabe que los millones de afectados por la filtración de datos: “¿Compartirías con nosotros el nombre de tus interlocutores [en mensajes de texto]?”, le insistió el senador demócrata de Illinois. El fundador de Facebook, tras vacilar, dijo: “Claramente no, senador”.

Poder

“¿Crees que eres más responsable que el Gobierno Federal de los datos personales de millones de estadounidenses?”. Zuckerberg dudó y su semblante se volvió aún más serio. “Sí”, terminó por reconocer. Pero matizó que en Facebook el usuario tiene total libertad para elegir qué contenido quiere conservar, publicar o de cuál se quiere deshacer, mientras que con cualquier otro tipo de organización, explicó, el usuario no dispone de ese control.

“Facebook es idealista y optimista. Los usuarios han ganado poder para estar en contacto con la gente que quiere, pero está claro que no hemos hecho suficiente para prevenir que esta herramienta se utilice para hacer el mal”. Y enumeró: Fake News, injerencia extranjera en procesos electorales, discurso del odio y protección de datos personales. “Fue un fallo, y fue mi fallo”, reconoció Zuckerbeg, quien aseguró que la compañía empleará a unas 20.000 personas para desarrollar nuevas herramientas que identifiquen cuentas falsas en Facebook aunque no desveló más detalle de qué harán ni cómo lo llevarán a cabo.

Más información: http://bit.ly/2v5pEw7

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