Recomendamos también: “Trump nos ha hecho un favor con sus tuits”

Compartir

La caravana de migrantes que, según el presidente Donald Trump amenaza la seguridad de Estados Unidos, ni es temible, ni se ha disuelto. Tampoco va a retroceder por el momento, pese a los deseos del mandatario, que ha obligado a México a buscar una salida que contente al vecino del norte y responda a las demandas de los migrantes.

La caravana que Trump amenaza con frenar enviando al Ejército a la frontera está compuesta por 1.200 personas, la mayoría hondureños agotados y mal comidos, de los cuales 300 son niños y entre los que hay una decena de ancianos y mujeres embarazadas. Hasta el momento sus tuits no frenan el avance pero sí han puesto luz y reflectores sobre una caravana que se celebraba cada año en medio de la indiferencia.

Tirada en el suelo y cubierta por el sol con unas telas, Génesis, de 25 años, da leche y mece a su hijo nacido en un mugriento baño de Tapachula hace solo un mes.

En la ciudad fronteriza trabajaba como asistenta mientras esperaba una respuesta a su solicitud de visa humanitaria con la que poder atravesar el país. Cuando se enteró de que varios cientos de migrantes se habían organizado para avanzar en masa hacia el norte tomó a su bebé recién nacido y se unió a ellos sin dudarlo. “Se que corre peligro pero él es el motor que me mueve. No quiero que tenga la vida que tenemos en Honduras donde solo hay violencia y pandillas y no hay oportunidades de trabajo”, describe con el niño en brazos bajo el infernal calor del Istmo.

La caravana dormitaba este martes en Matías Romero, un pueblo de Oaxaca por donde pasa el tren conocido como La Bestia, y donde han acampado y son alimentados por la población que además les ha cedido un lugar donde quedarse.

La más reciente exageración de Trump es que México no hace nada para detener la emigración ilegal. Los datos oficiales señalan, sin embargo, que los cruces fronterizos ilegales por la frontera entre México y Estados Unidos están en mínimos históricos frente a las deportaciones mexicanas de centroamericanos que marcan máximos nunca vistos.

Tras el revuelo organizado por los tuits de Trump, el objetivo ahora de los migrantes es seguir avanzando pero sin que se note. Ese es al menos el acuerdo alcanzado entre los organizadores del ‘Viacrucis del migrante’ y las autoridades mexicanas. Para ello, el Instituto Nacional de Migración (INM) ha ofrecido tres salidas legales que cambiarían la situación irregular en la que se encuentran tras haber entrado sin documentos desde Guatemala: una visa humanitaria, una visa de tránsito o una visa para solicitar asilo y refugio.

Más información: http://bit.ly/2GSBoXn

Autor