“Hemos visto los primeros automóviles, el primer avión, las primeras bombas atómicas, el primer hombre andando sobre la Luna. Hemos conocido dos guerras mundiales… podemos contar nuestros recuerdos: no cambiarlos… No queremos morir”
Gérard Vincent
Soy adoradora de la pantalla. Crecí acompañada de la TV y escribo, sueño y envejezco al amparo de sus vástagos. Puedo asegurar que pertenezco a la primera generación (la generación X) que abrió los ojos frente a la pantalla y los cerrará, quizás, en un siniestro selfie que concluirá nuestra vida en la red. Hace más de diez años comencé a escribir una suerte de memorias que llamé “Crónicas de Facebook” –algunas las publiqué en blogs, otras aquí en etcétera con títulos más afortunados–, pero antes ya había dedicado un rato a escribir sobre la TV como la teleadicta que fui y la facebookruca que soy.
Por ello no es una sorpresa que esta vez motiven mis palabras un nuevo grupo que apareció hace unos meses en Facebook. El grupo cerrado se llama “Chavos-rucos con estilo”. En menos de dos meses ya cuenta con 36 mil 229 miembros y 63 de mis amigos están ahí; alguno de ellos me invitó a la fiesta. Para nuestra generación las fiestas de paga eran recurrentes y aunque los organizadores pensaban hacer una reunión de gente a su gusto, el amigo del amigo, como en la canción de Chava Flores, llegaba de gorrón para acabar con el orden imaginado. De ese modo el grupo de “Chavos-rucos” no es ni tan cerrado ni tan exclusivo.
La descripción de la página dice: “Ahora que es tan padre hacer grupos, por qué no hacer uno mixto con gente padre con la mejor generación de todos los tiempos, los ochentas; unos tantito antes, otros tantito después…”
¿Por qué “Chavo-rucos”?
Parte de ser feliz es aceptar tu realidad de manera optimista y con sentido del humor. Ya no eres tan chavo, pero tampoco eres un ruco.
El chavorruco(a) es ese adulto que sigue siendo divertido y jovial sin estar desubicado como si tuviera 20 años… Este grupo se crea con la idea de recordar y regresar a cuando éramos libres, cuando nada preocupaba, cuando todo era divertido.
Palabra fusión
La palabra fusión chavorruco se compone de “chavo”, una antigua palabra que proviene del chaval hispano y que se americanizó como chavo (en España se llama chavo a una fracción de la peseta).
“Ruco” es un mexicanismo para designar a los viejos, término que ha ido cayendo en desuso y cuyo origen es la palabra arruga, que proviene del latín rugatus de ruga, algo que los chavorrucos mitigan con cremas o bisturíes.
En diferentes sitios de Internet el término compuesto apunta a personas maduras que hacen todo lo posible por mantenerse jóvenes, personajes que buscan un comportamiento y apariencia jovial. Hay toda una tipología en: http://eldeforma.com/2016/01/21/8-tipos-de-chavorucos-cual-de-ellos-conoces-o-con-cual-te-identificas/#ixzz4E6qabZ
Generación X, los niños de la pantalla envejecen
La generación X somos el grupo de personas nacidas entre los años 60 y 70, educados por la televisión como ninguna generación anterior; nuestros padres, seguramente divorciados, representan la tasa de divorcio más alta en la historia. Hemos entrado en la edad madura y nuestra transición, a diferencia de las de otras generaciones no ha sido ridiculizada tan severamente. Tal vez sea por la culpa que generó el abandono familiar o porque como aquella canción que fue himno de muchos, queremos permanecer Forever Young; somos una generación de supervivientes de mil crisis y no nos gusta pensar mucho a largo plazo.
Se dice que somos muy adaptables, sin embargo nos cuesta trabajo tomar decisiones, tal vez se deba a que desconfiamos de las figuras de autoridad que en nuestras tardes de tele nos enseñaron que existe una gran distancia entre las promesas publicitarias, políticas, las aspiraciones seriales, los escándalos de las estrellas y la realidad; por lo que nuestros padres, los baby boomers, prefieren confiar en los millenials para tomar roles de liderazgo.
Todo ello nos vale el adjetivo de cínicos. Si la generación llamada silenciosa (nuestros abuelos) experimentaba la claustrofobia institucional, nosotros sufrimos la agorafobia del supuesto de que todo es posible, mismo que comprobamos que ni es tan prolífero ni tan posible.
Cada país tiene realidades distintas, crecer aquí no es lo mismo que allá y aunque las generalidades de este grupo generacional provienen de estudios de Estados Unidos y Canadá principalmente, el grupo de “Chavos- rucos” nos permite hacer una observación más nacional de las características de los nacidos entre los años 60 y 70. Por establecer diferencias, cabría decir que aunque del mismo modo hemos vivido en crisis, las nuestras son más severas, hemos padecido violencia doméstica mucho más grave, comenzando por la diferencia de dinero que se acentúa más en los países latinos y la velada o negada guerra del narcotráfico que, aunque muchos no quieran admitir, nos tiene sumidos en la inseguridad. Por otro lado el tema de la discriminación racial allá no opera como el tabú que aquí se oculta en una pretendida igualdad pero que en el fondo contiene un gran racismo y clasismo que privilegia a las personas de tonos claros y de billeteras obesas.
El grupo “Chavos-rucos”
Supongo que la idea de hacer un santuario a la memoria de los ochenteros le pertenece a la administradora el grupo Karin Savoff, a quien contacté para una entrevista, pero desafortunadamente no fue de su interés, por lo que muy poco puedo decir de ella o sus intenciones. Entrevisté a algunos de los amigos que encontré en el grupo y sus testimonios se irán mezclando entre mis observaciones.
Entrar a “Chavos-rucos” ha sido un viaje de sensaciones del pasado, no solo por la evidente colección de fotos de juguetes Lilí y Ledy, videos de películas como “La laguna azul”, afiches de ídolos otrora juveniles como Brooke Shields o Shaun Cassidy, la alusión a lugares como Los comerciales, El Quetzal o Danesa 33, recuerdos del Tío Gamboín o Tatiana, modas como los calentadores o las pulseras de goma; sentí que volví a una fiesta de aquellas que llamábamos de paga en una casa del Pedregal o en una discoteca, donde los cadeneros intentan elegir a la concurrencia a partir de sus criterios de exclusividad, la percepción de lo que está in o out.
La administradora estableció en los objetivos que se desacreditan las ventas y el ligue. “Chavos-rucos” es solo un viaje por memorylane, sin embargo, como toda buena idea o toda fiesta las cosas se fueron saliendo, previsiblemente, de control.
Pensar que los hombres y mujeres de entre 30 y 50 años se abstendrían del coqueteo y la alusión sexual era demasiado restrictivo para la condición natural, puesto que ésta es la etapa de mayor actividad sexual, y la persecución de la juventud permanente hace del sexo una iglesia y de la apariencia una devoción.
Entre muñecas Juanita Pérez, Boligoma y Gansitos Marinela, la página “Chavo- rucos” comenzó a incluir el chismógrafo de la infancia “¿Qué edad tienen? ¿Casados o solteros?” “Dejo por aquí mi foto de antes y después para que vean que Dorian Grey y yo somos de lamisma Cepa”. En menos de dos meses se minimizaron los post de caricaturas por selfies provocativos de hombres y mujeres en busca de pareja o al menos de un halago. La veneración de la juventud ejerce presión sobre las personas, y en especial sobre las mujeres, todas tememos a la matrona asexual y obesa de otra época. “Parecer uno de los personajes de la serie ‘Friends’ es el símbolo del éxito ‘¡Somos jóvenes y nada se nos ha caído!’, me dice en un testimonio una de las chavarrucas entrevistadas. Los administradores de “Chavos-rucos” y muchos usuarios se sintieron ofendidos del impúdico uso de su página para ligar. Por una semana la guerra del decoro expulsó a las “Niurkas” y censuró a los “Señores de los Cielos”, que en el generoso selfie incluían el rancho de columnas dóricas y piscinas térmicas.
T
Toño es un chavorruco; me platica lo siguiente:
Aunque por definición los chavorrucos son esos individuos que se quedaron atorados en una época maravillosa de sus vidas y no desean que termine nunca, yo no embono del todo en esa definición. A mí me gustó la página exclusivamente por el tema de recordar y compartir esos grandes y memorables momentos de mi infancia, adolescencia y los inicios de la edad adulta, a la vez que me permite establecer contacto con más personas de mi generación, de hecho he reencontrado a un par de amigos de la adolescencia gracias a la página. Recordar es volver a vivir, pero definitivamente yo no estoy atorado en esa época.
Crecimos en una época donde la televisión mandaba y muchas de las modas y modelos que adquirimos fue mediante ese aparato cuadrado que nos entretenía entre tarea y tarea. Fue a través de la televisión que vivimos momentos que marcaron nuestro mundo, como la caída del Muro de Berlín. No puedo olvidar cómo los alemanes occidentales recibían a los orientales con Coca- colas, todo un símbolo de consumismo ochentero.
Los flecos, los calentadores, los zapatos rojos con pantalones azul cielo, Duran Duran y su metrosexualismo bien estudiado. Todo eso fue parte de nuestro mundo y nos da elementos de juicio para entender los tiempos actuales. No me agrada que comienzan a aflorar los egos y la censura.
Gloria cuenta:
Yo tampoco sé quién me invitó pero en mis vacaciones y ratos de ocio me he entretenido y me escribió una amiga de mi época de fiesta en Cuerna, que me dio mucho gusto saludar. A mí lo que me llama la atención es que empezó muy padre solo con fotos vintage que te hacen sacar momentos que estaban en el baúl de los recuerdos olvidados y sí, una sonrisa y un momento… Yo puse un post de unos collares y como diría Adriana mi hija “me volví popular en un solo post” … Ayer (domingo) vi que el grupo de subir fotos vintage ha dado un giro a ponte una pulsera azul para reconocer al grupo y las fotos sexis, de las niñas y los niños enseñando su poder adquisitivo (motos, viajes, relojes). Un like de una foto se convirtió en una larga lista de comentarios ligadores y me llamó la atención la cantidad de mujeres y hombres solitarios y los vendedores, los creadores de polémica con una pregunta, los moralistas, los relajados. Entre más crece más desvaría en el mismo círculo de soledad y conocer personas con las que compartes nostalgia de una época padre que nos tocó vivir. Face es un mundo feliz donde todo el mundo enseña la parte cool de sus vidas.
Me encantó recordar y añorar momentos que tenía guardados y que me han hecho sonreír frente al teléfono y enseñarle a Adriana objetos, canciones y momentos de una etapa padre que me tocó vivir.
Y despertó en mí el ser “stalker” y ver y analizar perfiles ajenos que confieso no había hecho más que con mis exnovios, por supuesto.
Andrea dice:
A mí me impresiona muchísimo la cantidad de miembros que se unieron en un tiempo cortísimo…En principio conocía a muchos de ellos y ahora ya no sé ni quiénes son… todos éramos de una generación nacida en los años 60’s [sic] y el otro día me reí muchísimo de un comentario que hizo alguien a quien invitaron a unirse al grupo y resulta que en el mismo grupo estaban sus papás… !Jaja!!
Yo desde hace un tiempo (en Pinterest) había hecho una colección de imágenes de algunos objetos o juguetes o dulces o cosas que me llevaban por un viaje en el tiempo hasta mi niñez…
Tocar el pasado de esta manera evidentemente me emocionaba por las fibras que pasando por la memoria llegaban a algún lugarcito de mi alma nostálgica… Cuando me uno al grupo y me doy cuenta que además de objetos se posteaban fotos, vídeos, música y… “vivencias”, me dio mucha alegría… Hablaban de fiestas a las que yo fui, de lugares a los que fui, de gente que conocí, de cosas que usé… Un verdadero túnel del tiempo!
Hoy la verdad me parece que conforme ha crecido el grupo se ha vuelto muy repetitivo y ya no conozco a la inmensa mayoría…
Y esto cuenta Elsa:
En efecto Rex es todo un boom en la pagina, a mi también me invitaron y tuve mis 5 minutos de fama cuando pregunte, cuántos casados, divorciados o arrejuntados había, de ahí se soltó toda una polémica… La chava que lo inició es una excompañera de Reino Aventura.
Los historiadores Neil Howe y William Strauss en su libro Generations desarrollaron una teoría muy original (Strauss–Howe, Generational Theory) que se basa en ciclos generacionales recurrentes. Dice que las generaciones caen en uno de cuatro arquetipos: profeta, nómada o solitario, héroe y artista. Se instalan en uno de los cuatro ciclos que se van repitiendo a sí mismos: las alturas, el despertar, la desintegración y la crisis. La generación X se describe como solitaria y a la deriva, es decir, en un estado permanente de crisis.
Hemos alcanzado la mayoría de edad en un momento muy interesante, nos acordamos del teléfono rotativo y la explosión de la tecnología móvil (que en nada se parece al “zapatófono” del super agente 86 que tanto nos fascinaba). Hacíamos nuestros trabajos en máquinas de escribir y acudíamos a investigar a bibliotecas. Nuestra generación es la gran inventora de los actuales medios de comunicación y educamos a los millennials. Nos ha tocado la legalización del Aborto, la vida plena de los anticonceptivos, los nacimientos in vitro, las pastillas azules para la potencia sexual, la era de los divorcios y la aceptación de la diversidad sexual. La entrada de lleno de la mujer al mundo laboral hasta la dirigencia de naciones.
El arquetipo del solitario ha vuelto a encontrar a través de las redes sociales que hay seres como él o ella. Facebook es una comarca dominado por la generación X.
Santuario X
Facebook en México tiene 68 millones de usuarios es el quinto país en el mundo por número de usuarios, de los cuales el 50% son hombres y 50% mujeres. El crecimiento es de 3 millones cada 90 días. Más del 90% de esta población se conecta en plataformas móviles.
La Asociación Mexicana de Internet acusa que en 2015 “…los mexicanos navegaron en promedio 6 horas y 11 minutos, 24 minutos más que el año anterior. Los usuarios mexicanos pasaron 85% de su tiempo conectados en redes sociales, y en ese rubro Facebook es quien lidera la preferencia”. En su historia de la vida privada (La vida privada en el siglo XX), Philippe Ariés y George Duby escriben referente a la vejez:
“Resignarse a envejecer no es, pues una virtud de nuestra época…”
La vejez es un concepto construido socialmente… Se envejece muy pronto, pues nuestro organismo alcanza rápidamente su fase de rendimiento máximo. La fase de cicatrización disminuye a partir de los quince años y, desde los veinticinco, perdemos trescientas mil neuronas por día… El viejo revive recuerdos cada vez más lejanos, dejando de ser contemporáneo de su propia historia… Se impone una nueva vulgata gerontológica: saber envejecer… la gran estrategia antivejez: tintes para el cabello, estiramiento de la piel, cirugía estética, tratamientos revitalizantes, dietas y tratamientos para alargar la vida sexual.
Grace y Frankie
Quizás somos la primer generación de mexicanos que no obligamos a nuestros hijos a las típicas comidas familiares de domingo, que sabemos que tienen el derecho a vivir solos incluso antes del matrimonio, es más, sabemos que son sexualmente activos, que no se requiere un matrimonio para ello o para vivir la vida. Aceptamos y defendemos las diferentes orientaciones sexuales. No esperamos ser carga de nuestros hijos, no les exigimos que nos pasen un porcentaje de su salario, buscamos ser independientes. Ya no somos ese mexicano católico a ultranza, conocemos múltiples creencias, desde las cristianas y católicas hasta las musulmanas; la población de ateos y agnósticos ha crecido enormemente y hoy nos atrevemos a decirlo sin temor a ser censurados o excluidos. No, no es igual la generación X en Estados Unidos o Canadá que en nuestro país. Si bien es cierto que nuestro común denominador es crecer al amparo de una pantalla (televisión y hoy celular y computadoras), nuestra libertad sexual y religiosa se ha distendido con mayor lentitud. Somos también hijos de la crisis, pero no es lo mismo la crisis en el primer mundo que en México. Descreemos de las instituciones, pero el atraso de nuestra vida institucional con respecto de otros países considerados ricos ha provocado abusos excesivos de corrupción y poder, lo que incrementa nuestra desesperanza, nuestro individualismo y nuestros propios abusos ciudadanos.
Seguramente con nosotros se inaugurarán los asilos en línea. ¿O quizás ya nos suscribimos?
Somos los chavorrucos, el eslabón que conecta el mundo sin pantallas con la emergencia de la realidad virtual, educamos a los millennials y nos educaron los hippies, entre hippies y hipsters nos han apodado X, leímos Cien años de soledad pero no estamos tan solos, sentimos nostalgia, queremos vernos jóvenes como Jane Fonda o estar en onda como Lily Tomlin de la serie de Netflix “Grace & Frankie”. Tememos el paso del tiempo que entre crisis y crisis parece posponer toda promesa de tiempos mejores. El chavorruco construye sus santuarios y como el epígrafe que elegí y aquí modifico, le cuesta aceptar que el tiempo pasa y las fiestas se acaban, pero el Face le permite encontrar al grupo que le da cobijo:
Hemos visto los primeros celulares, las primeras computadoras conectadas por Internet, el desciframiento del ADN, las operaciones transgénero… Hemos conocido el terrorismo… podemos contar nuestros recuerdos: no cambiarlos… No queremos morir