Una sombra en el andén es la propuesta de Cal y Arena para pasar una apacible tarde de lectura rodeado de gatos y trenes, pero sin la odiosa fila para comprar el boleto, o la molestia de cambiarle la tierra a la displicente mascota.
Los cuentos y narraciones de este volumen, que incluyen las nada desdeñables firmas de Stoker, Lovecraft, Doyle, Dickens, Poe y Quiroga, entre otros que son además inmanentemente misteriosos y hasta cierto punto mágicos.
No podía ser de otro modo, por supuesto, si entrometes en tus visiones a los trenes y los gatos que además ya no son sólo accesorios de una narración, sino tal vez hasta sus protagonistas.
En esta recopilación de cuentos fantásticos, los gatos y los trenes (nos comenta Sebastián Beringheli, el compilador) son algo más que asociaciones caprichosas; lo que predomina es la sincronía y el merodeo cómplice nocturno.
Cada material nos transporta y nos eleva, sobre el ronroneo mecánico de durmientes (los peludos con bigotes y los bloques de madera de la vía), al calor del contoneo cauteloso de la vía férrea entre montañas y hondonadas como un felino previsor escabulléndose de las visitas entre los muebles de la sala.
Así de caprichosos, los gatos (por fortuna, los trenes no tanto)… Y así de apetecible, la tarde con estos relatos, robada al predominio abrumador del mundo automovilístico y canino.
Si ya de por sí aventurarse a un viaje en tren es casi como entrar en el túnel axiomático (con su arquetípica luz al final) con gente cansina y paciente enganchada las más de las veces en su propio viaje… Pero ahora le añadimos el ronroneo y la displicencia felina en su trato con nosotros, la receta no puede sino ser un crisol de historias de oscuridad, túneles y maullidos.
Contra lo que hubiese supuesto, resulta que me encuentro estupendamente a gusto en esta serpenteo de historias, rieles, uno que otro zarpazo de atención y el misterio de la siguiente página, que me empuja por el andén de la sorpresa.