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Los que hace mucho tiempo vivimos en la red sabemos del peso de la netetiquette. Nada nos violenta más que mensajes que nos atronan con MAYÚSCULAS, nada nos irrita más que los malditos nigerianos y viagranos que nos espamean impunemente, por más que los proveedores ISP se esmeran con filtros para combatirlos, nada nos incómoda más que el desconocimiento básico de la grafía, la violación de las convenciones y la intimidad forzada que permite el chat de Facebook, con amigos a los que nunca hemos visto en esta vida y quizás tampoco reencontremos en la próxima, que hurgan en nuestra intimidad y alteran nuestras conversaciones interiores y exteriores.

Pero la netetiquette es apenas un capítulo menor de un universo mucho más amplio e interesante que desconocemos: la civilidad como proceso bautismal de nuestra humanidad, que trasciende en mucho la existencia o pervivencia de un ciberespacio viable y funcional.

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Autor

  • Alejandro Piscitelli

    Coordinador del Proyecto Facebook en la carrera de Comunicación de la Universidad de Buenos Aires y miembro del consejo editorial de etcétera.

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