Julio Scherer Ibarra, quien fue consejero jurídico de la Presidencia de la República hasta agosto de 2021, publica un texto en el que responde a las infamias que han dirigido contra él Olga Sánchez Cordero, exsecretaria de Gobernación (“persona obsesionada”), y Alejandro Gertz Manero, titular de la Fiscalía General de la República (“hombre degradado”), de quienes dice que “la traición habita en ellos”. Ella da por cerrado el tema sin haberlo abierto.
En un testimonio publicado en el número 2368 de Proceso, Scherer Ibarra cuenta el inicio de las disputas: como resultado del acotamiento de funciones de la otrora supersecretaría de Gobernación y de que él fue nombrado interlocutor del gobierno federal con la Fiscalía General de la República (FGR) y el Poder Judicial, Sánchez Cordero inició una investigación contra él, del que salió un documento sobre su relación con diversos despachos de abogados.
Con ese documento, dice Scherer Ibarra, Sánchez Cordero “pretendió infamarme al insinuar que hice de la cercanía y el servicio al gobierno un muy redituable e ilegítimo modo de vida”.
El entonces consejero jurídico de la presidencia hizo del conocimiento del presidente López Obrador el infamante informe, quien minimizó el asunto “y me recomendó hacer lo propio. ‘Son chismes’, dijo”.
La parte más severa es la dedicada al fiscal, a quien Scherer Ibarra apoyó para llegar a tan alto cargo. Este relata que un reportaje sobre una de sus casas despertó la ira de Gertz Manero, quien le acusó de haber proporcionado la información para el reportaje, y también de haber filtrado un borrador de reformas al sistema de justicia que fue duramente criticado.

El abogado menciona otro asunto que hizo explotar el rencor de Gertz Manero: que no le ayudara a que su cuñada y la hija de esta obtuvieran un amparo por el homicidio de su hermano Federico. Describe así el estado del fiscal en ese momento: “Colérico como es, desencajado el rostro, conforme avanzaba en los reclamos por sus asuntos personales le temblaban los labios, le temblaban las manos, le temblaba la voz”. Y rememora la amenaza: “Usted podía haber elegido entre un fiscal amigo o un fiscal enemigo”.
Sobre el asunto de Juan Collado, Scherer Ibarra se refiere a las negociaciones y acercamientos que ese abogado ha buscado para obtener su libertad. El exconsejero dice que él sólo fue una suerte de “lleva y trae” entre los hijos de Collado (a quienes recomendó más bien acercarse a la FGR) y el presidente, nada más. Pero el caso, afirma, ha sido utilizado por Sánchez Cordero y Gertz Manero contra él para acusarlo de extorsión, lo que sigue en proceso.
En ese mismo sentido van otros dos casos notorios en los que, según Scherer Ibarra, se le ha querido involucrar: primero, el de Inés Gómez Mont y su esposo, Víctor Manuel Álvarez Puga y, segundo, el desfalco producido por Ángel Martín Junquera a la Cooperativa Cruz Azul. En ambos casos el abogado niega cualquier relación.
Acerca de las acusaciones que el abogado Paulo Genaro Díez Gargari ha vertido contra él, dice que este “se ha valido de información falsa y tergiversada con la que Sánchez Cordero y Gertz Manero han intentado establecer una falsa red de extorsión y corrupción en la que sólo se reflejan ellos mismos”.
Sobre el fiscal y la presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, Scherer Ibarra apenas podría ser más lapidario: “Deshonran el juramento de guardar y hacer guardar la Constitución en cada uno de sus excesos. La traición habita en ellos”.
Con Gertz Manero es más extenso: el país no podrá cambiar del todo si la justicia permanece como su rehén, además de que en sus asuntos personales ha usado recursos públicos y persigue a quienes le estorban en ello.
Por si fuera poco, la FGR “no tiene contrapesos constitucionales y hoy es un peligro”.
Acerca de las investigaciones y acusaciones en su contra, el exconsejero jurídico escribe: “No estoy dispuesto a sobrellevar la marca del infundio por una persona obsesionada y un hombre degradado. Testimonios de sus abusos se suman con las horas”.

Sin embargo, y contradictoriamente con sus planteamientos, casi al principio de su texto Scherer Ibarra señala, con presunta e insólita ingenuidad, lo siguiente sobre el actual mandatario: “En esa certidumbre coincidí y coincido con el presidente Andrés Manuel López Obrador: terminar con las prácticas en las que tantos políticos, desde su ego y su perversidad, no distinguen la línea que separa el uso del abuso del poder”.
A manera de respuesta, Sánchez Cordero, quien es ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicó un par de tuits sobre el texto de Scherer Ibarra, aunque sin mencionarlo. El primero, en autoalabanza: “Es hora de hablar del trabajo de una mujer que desde la Secretaría de Gobernación siempre veló por el interés superior de nuestro país y de la gobernabilidad”.
En su segundo tuit al respecto, la senadora por Morena, y sin haberlo abierto, da por cerrado el asunto: “Por lo que a mí respecta no voy a caer en el juego de hablar de las afirmaciones falsas que hace sobre mi persona y del actuar en mi encargo como Secretaria de Gobernación, para servir de distractor. De mi parte doy por cerrado este tema”.