En un emocionante encuentro en el Estadio Akron, los Tigres de la UANL se coronaron campeones de la Liga MX por octava vez al vencer 3-2 a las Chivas de Guadalajara. El partido estuvo lleno de acción y momentos destacados que mantuvieron a los aficionados al borde de sus asientos.
Desde el pitido inicial, el equipo de Guadalajara tomó la iniciativa y presionó agresivamente a los Tigres desde la salida. La estrategia de su director técnico, Veljko Paunovic, se vio reflejada en los goles de Alvarado y Guzmán, que dieron ventaja a las Chivas y parecían encaminarlos hacia la victoria.
Sin embargo, en el segundo tiempo, los Tigres cambiaron el rumbo del partido. Con un juego ofensivo y determinado, dominaron las acciones en el campo y pusieron en apuros a la defensa de las Chivas. Fue entonces cuando André-Pierre Gignac anotó desde el punto penal, iniciando la remontada del equipo de Nuevo León.
Poco después, Sebastián Cordova empató el marcador, forzando los tiempos extras tras finalizar el tiempo reglamentario. En el tiempo extra, los Tigres mostraron un juego sólido y coordinado, presionando constantemente a las Chivas y generando oportunidades de gol. Fue en una jugada fortuita en el área chica, después de un tiro de esquina, que Guido Pizarro anotó el gol que selló el triunfo para los Tigres.
Con esta victoria, los Tigres se sacudieron la derrota sufrida en 2017 ante las Chivas y se proclamaron campeones de la Liga MX una vez más. El Estadio Akron fue testigo de un partido emocionante, con volteretas en el marcador y un despliegue de talento por parte de ambos equipos.
Los jugadores del Tigres celebraron con alegría y satisfacción este logro, mientras que las Chivas deberán aprender de esta experiencia y seguir trabajando arduamente para futuros desafíos. Esta final quedará en la memoria de los aficionados como una batalla épica y un ejemplo del espíritu competitivo que define al fútbol mexicano.
*CEEA