Y ahora… cerrazón de los padres de los normalistas

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Después de un año de información preponderante sobre el caso Iguala, que creó la percepción de que “fue el Estado”, los padres de los normalistas y sus simpatizantes están molestos porque el Estado colgó en Internet el expediente y apareció un documental que enfatiza en “la verdad incómoda”.


La PGR hizo de consumo público la pesquisa de 54 mil fojas, 85 tomos y 13 anexos que aireó, entre muchísima información más, lo siguiente:


—Miembros del cártel Guerreros Unidos afirman que el director de la Normal de Ayotzinapa recibía 300 mil dólares del cártel de Los Rojos para permitir la infiltración de sus sicarios entre los normalistas y así poder entrar a Chilpancingo e Iguala, donde Guerreros Unidos dominaban.


—En la página 687, folio 630, tomo 80 del expediente, un familiar, al denunciar la desaparición de su hijo normalista ante las autoridades de Guerrero, asegura que “a las ocho de la noche del viernes 26 me enteré que los habían mandado a Iguala”.


—Al menos tres de los normalistas llevaban capuchas ocultas en los testículos, práctica que sicarios de Guerreros Unidos relacionan con Los Rojos, a sabiendas de que así lo hacían éstos, lo cual configuraría una nueva línea de investigación: la del homicidio premeditado.


El expediente no había sido difundido antes, según el subsecretario de Gobernación para Derechos Humanos, Roberto Campa, por “prudencia” y para “no criminalizar a los 43 desaparecidos”, pese a que esa cautela permitió sembrar en parte de la opinión pública la percepción de que “fue el Estado”.


Al final lo divulgó tras ser verificado por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, para garantizar el derecho a la privacidad, la presunción de inocencia y debido proceso de víctimas, testigos, ofendidos y presuntos responsables.


Sin embargo, ayer los padres y sus seguidores consiguieron la aceptación del gobierno para que la nueva información que se genere sobre el caso Iguala se mantenga cerrada a la opinión pública hasta que ellos la revisen. Toda información será confidencial hasta que la conozcan los familiares.


Es decir, la libre información y su consulta independiente molestaron a cierto sector, porque ya no son éste ni la CIDH quienes la monopolizan a conveniencia, sino que cualquiera tiene acceso a ella y puede hacerse una opinión propia.


También les irrita el documental La noche de Iguala, escrito por el periodista Jorge Fernández Menéndez, que demuestra que los normalistas fueron secuestrados, asesinados e incinerados por policías municipales de Iguala y Cocula, con anuencia de las autoridades locales y el crimen organizado.


¿Por qué les enfadan la difusión del expediente y el documental de Jorge?


Porque temen a la verdad: son fascistoides.



Este artículo fue publicado en La Razón el 21 de Octubre de 2015, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página

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