El ataque químico en Siria es un invento de Estados Unidos para tener el pretexto de bombardear el país árabe. Así lo afirmó hace unos días el presidente sirio Bashar al-Assad y a él se unió los ministros de Moscú y Teherán.
Los tres países coincidieron en que el ataque del pasado 7 de abril, ordenado por el presidente estadounidense Donald Trump contra una base aérea local, es "un acto de agresión" y "una flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas".
El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, señaló durante la reunión trilateral con el canciller de Siria, Walid Mualem y el jefe de la diplomacia de Irán, Mohammad Yavad Zarif celebrada en Moscú el pasado viernes que el ataque con armas químicas en la región de Idlib fue “seguramente un montaje”.
Para el canciller ruso está claro que "los intentos de bloquear las propuestas rusas e iraníes de crear una comisión independiente indican que los que obstaculizan no tienen la conciencia limpia". "Cada vez hay más evidencias" de que el incidente es "una puesta en escena", agregó Lavrov. El ministro cree que el ataque tuvo como objetivo "minar el proceso de paz y provocar un cambio de régimen", algo que según él no ocurrirá.
Por otra parte, el ministro ruso se reunió por separado con su homólogo sirio, para analizar la situación militar y política en el país después del ataque de Estados Unidos. Muallem aseguró que las autoridades sirias "no utilizan armas químicas ni contra los terroristas ni contra el pueblo". Lavrov y Al Moallem debatieron cómo limitar las consecuencias del ataque norteamericano. "Lavrov confirmó el apoyo inquebrantable de Rusia a la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Siria", señaló el Ministerio ruso de Exteriores en un comunicado.
Aunque Lavrov saludó la disposición siria a recibir una delegación de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), Moscú recela de esta idea. Durante la mañana el viceministro ruso de Exteriores Serguei Riabkov expresó sus reservas sobre una investigación por parte de esta entidad: "Somos escépticos respecto a su forma de actuar. Cada vez hay menos confianza en su trabajo", afirmó Riabkov.
(Con información de El Mundo)
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