Sanjuana y los dobleteros. No, no es una novela de Vargas Llosa, ni una película de Juan Ibáñez, es la última cortina de humo que la directora de Notimex ha soltado para evadir su responsabilidad en el caso de sus presuntas operaciones con bots y sockpuppets para agredir a periodistas y críticos del régimen de la 4T. En síntesis, Sanjuana sostiene que su ex colaborador Manuel Ortiz estaba en falta porque “en la función pública no se pueden tener dos puestos y [Manuel] mantuvo su puesto como maestro”. Si gusta leer el contexto, Carmen Aristegui entrevistó a las partes y la pieza puede verse en este link: https://youtu.be/oRZob4OK0YY
Vamos al grano. Sanjuana se vuelve a equivocar: o no sabe y es una irresponsable; o miente y su mala intención es imperdonable. En la función pública no está prohibido “tener dos puestos” (si es que ser maestro universitario es “un puesto”), salvo para altos mandos como el Auditor Superior de la Federación, los comisionados del Inai, los miembros de la Junta de Gobierno del Inegi, o el gobernador y miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México. Para el resto de los cargos públicos la única restricción es la incompatibilidad de horarios o funciones. Vaya, en los casos de los comisionados de la Comisión Federal de Competencia Económica y del Instituto Federal de Telecomunicaciones, incluso tienen expresamente permitido desempeñar cargos docentes —y también son altos directivos de la función pública—. La lista de altos directivos con veda para otra actividades es larga y también incluye a los consejeros del INE, diputados y senadores, Ministros de la Suprema Corte de Justicia, Magistrados de Circuito, Jueces de Distrito —y sus respectivos secretarios—, Consejeros de la Judicatura Federal, Magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, consejeros electorales estatales, entre otros. Para abreviar, el director de Noticias Internacionales de Notimex (o de multimedia), no es un alto cargo al que la Constitución nacional le impida tener otra actividad pública o privada. Como ya sabemos que Sanjuana no acepta la verdad aunque la vea, se hace necesario este remate: el mismo artículo 127 constitucional menciona el supuesto permitido de que un servidor público desempeñe “varios empleos públicos”. Entonces, no: es totalmente falso que “en la función pública no se pueden tener dos puestos”, como sostuvo Sanjuana, salvo que tal función pública se encuentre en la realidad alterna en la que la directora vive.
Por lo demás, toda la retórica contra los dobleteros es una vileza estúpida: no se ampara en la ley, es contraria a los derechos humanos y se sustenta en una supuesta moralidad de la miseria. Mucha gente no tiene, por mero gusto, más de un trabajo, sino por necesidad. Y creo que a Manuel Ortiz le hizo falta asesoría jurídica para no aceptar semejante condición ilícita e idiota, porque eso caracteriza a la exigencia de que renunciara a la docencia en la UNAM, si quería trabajar en Notimex. Por tanto, no hay litis. Poco importa si Manuel seguía en la universidad o no, porque la ley se lo permitía y el condicionamiento de la libertad de trabajo es tan ilegal como pagar bots y cuentas trolles con recursos públicos.
Como conclusión, ya es hora de que Sanjuana contrate un abogado que no le dé por su lado, porque la directora ya confesó públicamente que hizo una exigencia ilegal a un empleado. Si a eso se suma su desacato a las órdenes de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, con las que Notimex “rompió el estado de huelga”, el acumulado de sanciones y responsabilidades podría causar que a López Obrador le empezara a resultar atractivo prescindir de Sanjuana al frente (es un decir) de Notimex. Mucha es la prepotencia cuando el fariseo se atreve a presumir públicamente sus ilícitos. Desafortunadamente, para Sanjuana, al presidente le gustan los sepulcros blanqueados, no la inmundicia cínica: el lema real de la 4T podría ser “ante todo, la simulación”. Ojalá Manuel Ortiz recupere su espacio en la UNAM y Sanjuana ya detenga su performance de chivo en cristalería. Ironías de la vida: Sanjuana trabajó con Aristegui y ahora aquella la golpea con recursos de baja estofa… pero Carmen ni siquiera le señala la ilegalidad de su proceder contra Manuel Ortiz. Curioso caso…