Nuestro país se encuentra ya en el “escenario catastrófico” (así definido por el subsecretario Hugo López-Gatell) al superar las 60 mil muertes ocasionadas por la Covid-19. Y seguimos contando… Según un modelo epidemiológico de la Universidad de Washington, México podría llegar al 1 de diciembre de este año con 151 mil 280 decesos.
Aunado a esto, México se mantiene entre los 10 países con más casos y es el tercer país con más muertes, después de Estados Unidos y Brasil, por cierto también con gobiernos populistas encabezados por presidentes narcisistas cuya línea vinculante es la demagogia, la mentira o posverdad, y la negligencia ante la Covid-19.
Ello apenas unos días después de que Mike Ryan, funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijera que la escala de la pandemia de coronavirus en México está “subrepresentada” y no reconocida en toda su extensión. Es decir, subestimada. Ryan dijo que por tal motivo México debe aumentar la aplicación de pruebas para tener una visión más realista de la situación. ¿Acaso la OMS es parte de “la mafia del poder”?
En lo que hace a los casos confirmados, la cantidad podría ser hasta 8, 10, 30 ó 50 veces mayor, como declarase el doctor Julio Frenk Mora quien, como otros académicos acreditados, desde el principio cuestionó la viabilidad del “modelo centinela” y en sí de la “aritmética lopezgateliana” que llevó a que todos los pronósticos del subsecretario hayan fallado.
El irresponsable propagandista López-Gatell había pronosticado inicialmente un máximo de 6 mil muertes y dijo que el pico de la pandemia llegaría en mayo. Pero en lugar de reconocerlo y hacerse responsable de sus evidentes errores, aprendió bien de su jefe y maestro y prefiere descalificar a la prensa, acusar a las empresas que fabrican comida con alto contenido calórico o atribuir los decesos a las enfermedades crónicas que aquejan a una parte de la población. Pretextos no le faltan.
En tanto, el presidente ha declarado en más de una veintena de veces que “ya vamos saliendo” de la crisis sanitaria. Vuelve a mentir. De la mano del vocero, que en lugar de apegarse a criterios científicos se supeditó a los intereses políticos del presidente, apoya su dicho en la reducción de pruebas desde hace al menos tres semanas, como ha recogido la prensa. Es decir, se persiste en la subvaloración de la enfermedad y con ello se sigue engañando al país.
Es claro que nuestra tragedia nacional ha sido ocasionada principalmente por la catastrófica estrategia implementada por el gobierno federal que en los hechos apostó por una “inmunidad de rebaño”. Como lo mencionan médicos especialistas en epidemiología (sí, médicos, no políticos ni funcionarios), este gobierno renunció a contener con mayor determinación la propagación de la enfermedad puesto que se negó y se sigue negando a aplicar pruebas masivas, recortó y subejerció presupuestos en el sector salud en plena pandemia y desestimó el uso del cubrebocas, entre otras medidas recomendadas por la OMS.
En lugar de asumir un papel más proactivo, el gobierno obradorista se “echó a la hamaca” dejando de hacer lo que le correspondía aún cuando contó con tiempo para tomar mayores previsiones. Recuérdese que el propio presidente declaró que esta pandemia sería menos peligrosa que la de la influenza AH1N1. Y las consecuencias están a la vista: el cierre de decenas de miles de empresas, el despido de más de millón y medio de trabajadores, 15 millones de personas que han dejado de percibir ingresos para llevar de comer a sus familias, la caída de la economía en al menos 10 por ciento para este año, el escándalo de casos de corrupción en el entorno familiar, y la inminencia de la polarización política entre mexicanos con miras a las elecciones del 2021, con un presidente que pretender seguir pasando por encima de la ley y la Constitución.
Presenciamos el ocultamiento de la verdad con un alto costo para el país, la irresponsabilidad gubernamental por donde se le vea y el atropello al Estado de derecho para tratar de ocultar su ineptitud. Por eso el próximo año es la gran oportunidad para que una amplia unidad democrática ponga fin a este deterioro nacional. Esa debe ser la exigencia de la sociedad a todas las oposiciones.
