Isaayas Afewerki (1946) desde 1991 es el presidente de la República Eritrea en África. En 1993 hizo votar la primera Constitución que se aprobó con el 95% de los votos del electorado.
En 1966 se unió al Frente de Liberación de Eritrea (FLE), guerrilla fundada en 1960, que desde 1961 combatía al régimen de Etiopía, encabezado por Haile Selassie, para obtener la independencia.
Recibió entrenamiento militar en China y ascendió y en 1970 pasó a dirigir una unidad de combate. En 1977, Afewerki tras el golpe de Estado en Etiopía, se unió al Frente de Liberación del Pueblo Eritreo (FLPE), guerrilla que en 1972 se escinde del FLE.
En 1991 el FLPE ya tenía el control total sobre Eritrea y en 1993 declara la independencia de Etiopía, que éste reconoce. Afewerki es elegido presidente con el 95 % de los votos. El FLPE pasa a ser el partido el Frente Popular por la Democracia y la Justicia (PFDJ) que es el único. No ha convocado elecciones libres desde su acceso a la presidencia.
En 1994 se rompen las relaciones entre Etiopía y Eritrea y años después ésta declara la guerra a Etiopía, que dura dos años, por territorios fronterizos. Los etíopes derrotan a los eritreos y en 2000 se firma la paz. En 2018 el presidente Afewerki, y el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, declaran el fin del estado de guerra entre sus dos países y la normalización de sus relaciones. Se reabren las fronteras que habían estado cerradas desde 1998.
Afewerki es un dictador de una ideología nacionalista radical a la cual siempre recurre. Está al mando de uno de los países más pobres del mundo. Bajo su mandato ha habido hambrunas y una constante migración, sobre todo de jóvenes. En su gobierno no se respetan ninguna de las libertades propias de la democracia y hay una permanente represión de todo intento a la escasa disidencia. En prisión por causas políticas hay más de 10,000 prisioneros.
El dictador, de un país donde la gran mayoría de la población es de religión copta, mantiene una férrea censura y no hay ningún medio independiente. Es de los países de África de menor conexión a Internet y está prohibida la televisión por satélite en las casas. Es de los países del mundo con más periodistas encarcelados.
Hombres y mujeres están obligados al servicio militar obligatorio que es por tiempo indefinido. El gobierno decide cuándo finaliza, para cada ciudadano. Las autoridades son quienes determinan dónde se seguirá sirviendo al país. La docilidad se premia con puestos amables, pero la desobediencia se castiga con un destino en el último rincón del país, alejado de la familia.
La dictadura de Eritrea da seguimiento puntual a cada ciudadano y sabe lo que cada quien hace y dice. El Estado imaginado por Orwell vigila las reuniones públicas y familiares. El padre de la Patria, el que sabe lo que el pueblo necesita y quiere, se hace valer por la fuerza, pero también por un discurso nacionalista que envuelve a toda la sociedad. A muchos ya no les dice nada y tratan de salir del país. El 15% de la población de 7 millones (2011) se ha ido.
Twitter: @RubenAguilar