La titular del Conacyt, María Elena Álvarez Buylla, está empeñada en destruir al CIDE. Lo puede lograr si no se hace algo al respecto.
Este viernes tiene pensado auto aprobarse facultades que cerrarán las posibilidades de la discusión académica y terminarán con los equilibrios que existen en los nombramientos de importancia y en particular los de la dirección.
Esto ocurre mientras los estudiantes tienen cerrada la institución en protesta por el desaseado nombramiento de José Antonio Romero Tellaeche en noviembre pasado, saltándose todas las disposiciones y actuando en contra del sentir mayoritario de quienes pertenecen al CIDE.
Lo que se pretende es derogar las facultades del Consejo Directivo en el nombramiento de la dirección, para así cobijar la ilegitimidad del nombramiento de Romero Tellaeche. En el fondo, se está reconociendo que la llegada del actual director es ilegal y para subsanar el problema se cambia el Estatuto. Una pirueta a todo pasado y de muy dudosa legalidad.
Álvarez Buylla citó para este viernes a la Asamblea General de Asociados en la que participan, entre otras dependencias e instituciones, la SEP, las secretarías de Hacienda, Economía y Energía, el Banco de México, el Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica.
El CIDE es una institución pública que ha desempeñado un papel muy relevante para la sociedad mexicana. Es absurdo catalogarla como omisa de los grandes problemas nacionales cuando, al contrario, fueron analizados, por sus académicos, de modo tan cotidiano como puntual.
Entre sus atributos se encuentran los de producir y difundir conocimiento a través de la investigación científica sobre aspectos medulares de la realidad social contemporánea. Es lo es lo que se ha hecho y se requiere de mala fe para señalar lo contrario.
Lo que viene ocurriendo es una toma autoritaria de la institución que no solo tiene que ver con cómo se gobierna, sino inclusive con lo que se investigará y enseñará. Ahí está el meollo del asunto. Álvarez Buylla quiere un CIDE a semejanza de la 4T y a estas alturas ya sabemos lo que ello puede significar en cuanto a calidad y profesionalismo.
Lo que se encuentra en riesgo es la viabilidad misma del CIDE como lo conocemos, incluida la libertad de cátedra.
Álvarez Buylla es en realidad una comisaria ideológica y no una propiciadora del desarrollo de las buenas prácticas en la ciencia mexicana. Debutó intentando meter a científicos a la cárcel y ha hecho todo lo posible por debilitar los sistemas de investigación con el argumento de que sirvieron al neoliberalismo.