Como resultado de la actitud de Norma Piña, ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de no levantarse a la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador al acto conmemorativo de la Constitución, los comunicadores oficialistas se desgarraron las vestiduras y exhibieron que extrañan a Arturo Zaldívar como su indudable aliado político.
El vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, se envolvió en la bandera protocolaria para lanzarse al vacío político: “En el acto del 106 aniversario de la Constitución mexicana fuimos testigos de la vitalidad de nuestras instituciones con un debate de ideas entre los representantes de los tres poderes de la Unión. Resulta desafortunado que no todos respetaron el protocolo de la ceremonia”.
Eso fue retuiteado, solidariamente, por Jenaro Villamil, titular del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano. Y no podía faltar Federico Arreola, quien dedicó un farragoso artículo en SDP Noticias a especular larga e inútilmente sobre las (sin)razones y consecuencias del tuit del vocero.
Álvaro Delgado, entregado al poder político, también lanzó su tarascada conspiranoica: “La ministra Norma Piña es la nueva estrella de la oposición. Pues sí: Piña es Peña”. Y este lunes agregó: “¿A poco no saben que Peña fue la que puso a Piña como ministra? Es una maravilla que defienda la autonomía del Poder Judicial y la dignidad de los jueces. La ley es la ley”, aseveró, en claro sentido presidencial.
Epigmenio Ibarra retuiteó, alarmado, a La Catrina el 5 de febrero: “Tremenda falta de RESPETO de la Presidenta Priista del Poder Judicial, Norma Piña, al quedarse sentada como si fuera de la realeza. Si así de comporta en público, que no hará en privado…”.
Este lunes Ibarra también retuiteó al troll obradorista: “Por lo visto ayer, la Priista Norma Piña es la Sandra Cuevas del Poder Judicial…”.
Pedro Miguel, “ideólogo” (por decirlo así) presidencial, escribió, dolido: “Nunca había escuchado a la presidenta de la @SCJN, @NormaPinaHdz. Sus palabras de hoy en el aniversario de la #ConstitucionDe1917 me hicieron viajar cinco décadas atrás; recordé esa retórica priísta que recurría a la estridencia para no decir nada”.
(Dicho sea de paso: para documentar su vocación de golpeador, no está de más mencionar que, para cuestionar a la ministra, entre sus mensajes Pedro Miguel reprodujo, de manera oportunista y muy convenencieramente, una nota sobre el reclamo de justicia de la saxofonista María Elena Ríos, y puso ese balón en “cancha” de Piña. Durante los días álgidos del proceso contra el agresor, Miguel no publicó ningún tuit o retuit de solidaridad ni de apoyo a la víctima).
Fabrizio Mejía, desconfiando de los gestos y desconociendo varias posturas de la ministra, escribió: “¿Quedarse sentada es muestra de independencia?”.
Jorge Gómez Naredo, directivo de Polemón y Regeneración, hizo recordar el Manual de Carreño con sus tuits de tono porfiriano: “¿Quién se cree la ministra Norma Peña? ¿Por qué rompe protocolo y le falta al respeto a investidura presidencial? Es inadmisible lo que hizo la presidenta de la @SCJN. Por cierto, a AMLO lo eligieron 30 millones de mexicanos. A ella, sólo 6 personas”.
Y este lunes fue más allá con las buenas costumbres: “Pues @Reforma puso como nota principal la grosería de la ministra Norma Piña. No cabe duda, esa ministra representa a la derecha y a los que se sentían dueños de México, aunque ella se vista de representante de la legalidad y la justicia. Que bueno que se quitó la máscara”.
Varios de ellos extrañan, sin duda, a Arturo Zaldívar, quien se caracterizó por sus deferencias (y mucho más) hacia López Obrador. Así, por ejemplo, hay que recordar que Ramírez Cuevas pugnó por alargar su mandato al frente de la SCJN, aunque ello implicara la violación de la Constitución. Finalmente, ante el amplio repudio, esa intentona impulsada, entre otros, por el vocero presidencial, fracasó. De allí que no extrañe su reclamo del pasado domingo.
En esa ruta inconstitucional también empujó Epigmenio Ibarra, quien comentó de la siguiente manera la frustrada intención: “Entiendo, respeto y lamento profundamente la decisión de Arturo Zaldivar @ArturoZaldivarL de no aceptar la prolongación de su mandato como presidente de la @SCJN. La derecha conservadora se ha tomado el poder judicial.Hombres íntegros y patriotas como Zaldivar son imprescindible”. Eso explica su embestida contra la ministra Piña al retuitear los mensajes de un bot obradorista.
Gómez Naredo festejaba el voto a favor de la consulta popular de Zaldívar, en una sesión extraña en la que este, por ejemplo, intervino al inicio. También en materia electoral, Mejía se congratulaba de que llamara a la “altura de miras” a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación durante un severo conflicto en su seno, y pedía que todos estos se fueran; hoy, desde su propia “altura de miras”, Mejía está muy preocupado por si Piña permanece sentada y levanta sospechas sobre su relación con Isabel Miranda de Wallace.
El 7 septiembre de 2021, después de que la SCJN tuvo resoluciones importantes a favor de las mujeres, Pedro Miguel saludó el tuit del juez al respecto: “Chapeau, ministro presidente @ArturoZaldivarL”. Lo hizo cual si fuera una obra sólo de este y no del Pleno del máximo tribunal, en una sesión en la que la ministra Piña tuvo un papel muy importante, nada que ver con los años setenta de los que ahora habla el “ideólogo”.
En 2019 Villamil retuiteó un mensaje de Zaldívar al siguiente tenor: “Excelente llamado del ministro @ArturoZaldivarL a un debate de argumentos y críticas. Los insultos son el vacío frente al otro”. Ahora se limitó a hacer eco del pobre y desafortunado (por decir lo menos) mensaje del vocero presidencial.
Y así va la pugna del obradorismo contra la ministra presidenta de la SCJN.