Ante los señalamientos hechos por la ONU por el caso de los dos jesuitas asesinados, el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó al gobierno panista de Chihuahua de complicidad, puesto que ocultó los cuerpos para hacer que el Ejército dejara el estado.
Dijo que después se arrepintieron, y dejaron los cuerpos de los jesuitas donde el Ejército ya había buscado.
Según él, no había querido decir nada por motivos de seguridad, pero luego de que la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU dijo que el asesinato de José Noriel Portillo Gil “El Chueco” no es un acto de justicia, AMLO montó en cólera.
Fue así que este viernes reveló que supuestamente la Sedena recibió una propuesta “indecorosa” de parte del gobierno de Chihuahua en el sentido de que el gobierno estatal entregaría los cuerpos de los jesuitas, a cambio de que las fuerzas federales abandonaran la región.
“Nos mandaron a decir que si salía el Ejército, iban a entregar los cuerpos y dijimos ‘no’”, acusó.
Se le preguntó de parte de quién vino la propuesta y dijo que fue de parte “del gobierno de Chihuahua”.
Aseguró que los cuerpos aparecieron “de repente” donde ya se había buscado.
“De repente aparecieron los cuerpos por donde ya se había buscado. O sea que cambiaron de parecer, porque la propuesta es ‘ya, entregamos los cuerpos y váyanse’ y dijimos no”.
“Fue muy lamentable lo que sucedió, esto se originó porque hubo complicidades, porque hubo tolerancia de autoridades locales para con estos grupos que actuaban ahí, en Creel y en Urique, con completa impunidad”.
Hace dos días fue localizado muerto “El Chueco”, lo cual fue informado por la Sedena en la conferencia mañanera. Esta muerte provocó sendas declaraciones de la ONU y de miembros de la iglesia católica en el sentido de que esa muerte no traía justicia a las víctimas.
AMLO dijo que alguien ajustició al criminal, sospechoso de haber asesinados a los sacerdotes jesuitas en la sierra Tarahumara y que a lo mejor pensaron “que ya con eso se iba a terminar la búsqueda”.
Y aprovechó para poner en primer plano a su gobierno.
“¿Qué le digo a la gente de la sierra?, que va a seguir la protección, el tiempo que sea, es como el tiempo que ha estado la Guardia Nacional, cuidando el Metro”.
También criticó la postura de ONU-DH, a quien acusó de no haber dicho nada cuando ocurrió la masacre de Ayotzinapa, lo cual es falso, ya que la ONU emitió numerosos posicionamientos sobre dicha tragedia.
“Esto que estoy diciendo ahora, que no podría decir por cuestiones de seguridad, es también un informe para el comisionado de Derechos Humanos de la ONU que sólo se ha dedicado a acusarnos”, se quejó.
Pidió que se tome en cuenta el trabajo de su gobierno, “porque estoy seguro de que este señor de Derechos Humanos de la ONU sí estaba aquí cuando desaparecieron los jóvenes de Ayotzinapa, no dijo nada, no hablaba”.
El presidente siguió conectando diversos puntos en esta trama de supuesta conspiración en su contra, pues mencionó a gobiernos extranjeros, ONG, el grupo Guacamaya y la ONU, todos dedicados a atacarlo.
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