En abierta violación a la ley, que establece la autonomía de la Suprema Corte de Justicia, el presidente Andrés Manuel López Obrador relató, ufano, que se metió a presionar a cinco ministros para que conservaran el mando militar de la Guardia Nacional.
Este miércoles, el presidente se embarcó en un relato de más de cinco minutos sobre cómo determinó meterse en la autonomía de la Corte, porque consideró “importantísimo” que no se echara para atrás el mando de la Sedena sobre la Guardia Nacional.
“Dije: ahora sí me voy a meter”, narró, como si se tratara de un acto de valor, y no de una grave violación a la división de poderes.
Curiosamente, hace una semana acusó a la SCJN de poner en riesgo la democracia por supuestamente invadir la división de poderes y las facultades del Legislativo y hoy confiesa que ejerció fuertes presiones contra los cinco ministros que según él son de su movimiento.
“Y hablo con cinco: con los cuatro que de una u otra manera yo propuse y con el que ya estaba”, dijo refiriéndose a Arturo Zaldívar, con lo que exhibió que el ministro ha mentido al presentarse como alejado del actual gobierno.
Y se quejó que “con dos no pude”. Es decir, que por más que habló, “uno por uno”, dos no se dejaron y “nos quedamos con tres”, en referencia a los tres votos favorables a su iniciativa que se obtuvieron: Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz y Arturo Zaldívar.
Hablé con cinco “para garantizar los cuatro votos. Uno por uno, no saben lo que me costó, porque ya venían actuando mal”, se estaban portando “chueco”, se quejó.
También se quejó que dos de los cinco no le dijeron “que no” de frente, “de manera muy hipócrita”, sino que le respondieron que “sí, como no”.
Y así, dijo finalmente, “se pierde el propósito de que la Guardia dependiera de la Secretaría de la Defensa”, lo cual, según él, es esencial para que la corporación no se eche a perder en caso de que en el futuro llegue a la Secretaría de Seguridad un “nuevo García Luna”.
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