Malas noticias para quienes quieren que sólo haya borregos de un lado u otro, y para los idiotas que dicen que si criticas a uno es porque te paga el otro. Ya cuestioné el cochinero de Morena, ahora estas son mis criticas al Frente, sobre la base de que su candidata, en mi opinión, es la alternativa para detener la regresión democrática iniciada con la 4T.
1. En el primer trimestre del año los partidos tenían un acuerdo básico. El PRI definiría al candidato al gobierno del Estado de México y el PAN al abanderado a la presidencia. Pero Alfredo Del Mazo y Alejandra Del Moral le regalaron el triunfo a Delfina Gómez y desde ese momento comenzó a descomponerse el esquema de los partidos.
2. Entre abril y mayo se perfiló a Santiago Creel como candidato pero, anodino y sin propuestas, éste no conectó con la gente a diferencia de Lilly Téllez quien, sin embargo, con sus desplantes y sus distorsiones ideológicas, espantó al PAN, alertó al PRI y molestó al PRD, que recibió un trato inaceptable de parte de la senadora.
3. Durante ese tiempo, el PAN obstaculizó a Xóchitl Gálvez como candidata al gobierno de la CDMX pero poco a poco, y con el respaldo ciudadano, la senadora se fue abriendo camino hasta resultar, según las encuestas de distinta marca, la más competitiva frente a la 4T. Entonces se ideó, mal diseñado, el esquema de competencia interna para la selección del candidato.
4. Se aceptaron más candidatos de los que tenían probabilidades de ganar, con el cuento de que todos tenían derecho a competir cuando, en realidad, se anotaron para negociar cargos o impunidad. Ahí está, por ejemplo, Francisco Cabeza de Vaca quien incluso no reunía los requisitos para registrarse. Ese momento fue clave mientras tanto se le cerró la puerta a candidaturas ciudadanas a cargos de representación popular.
5. Entre abril y mayo los partidos se repartieron carteras y comenzaron una farsa de candidatos que, en realidad, buscan otra cosa. El ejemplo más claro fueron los aspirantes al gobierno de la CDMX que, más bien, estarán en las listas de diputados y senadores porque jamás podrían competir para estar al frente de la Ciudad.
7. En julio, el aluvión de Xochitl Gálvez hizo que quienes la obstaculizaron se sumaran a ella en selfies y tuits porque repartirse el botín de las candidaturas se volvió esencial.
8. Hubo otro imprevisto: Beatriz Paredes. El diseño para la competencia interna no previó una competencia cerrada o al menos no tan holgada. Más allá de que la dirigente del PRI sea una emisaria de la vieja política, que en los últimos 23 años no hubiera ganado nada, tenía el derecho de competir habiendo llegado hasta la última fase. Y entonces Alejandro Moreno, fiel a su sevicia, comenzó a presionar para que Paredes renunciara ella, sí, la misma que apoyó a Alejandro Moreno en su pretensión ilegal de mantenerse como dirigente del PRI ahora fue presa de esa intolerancia.
9. Días antes de concluir el proceso el Frente cambió las reglas, adelantó las encuestas e informó de ellas junto con el empleo de la vieja cargada inaugurada por el PRI hace muchas décadas para presionar a que Beatriz Paredes renuncie. El desplante autoritario tiene una base social que está dispuesta a apoyar cualquier desaseo con tal de que gané Xóchitl quien, además, tardó en deslindarse del madruguete de Alito. El gran esfuerzo de la senadora hidalguense no merece esas trapacerías.
10. Sólo la exigencia ciudadana y la crítica de los medios podrá hacer que el Frente cometa menos errores. Es un imperativo que eso pase. Xóchitl Gálvez es la mejor opción para ganarle al populismo autoritario.