* Al igual que los priístas que buscan confundir a la opinión pública del Estado, como Rubén Moreira, quien asegura que Omar Fayad pidió en su momento a Peña Nieto, encarcelar al jefe del Grupo Universidad, Gerardo Sosa Castelán, cuando la investigación que lo tiene en prisión domiciliaria por presunto lavado de dinero y delincuencia organizada fue producto de la colaboración de la DEA y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), por la triangulación irregular de 150 millones de dólares en bancos extranjeros, Damián Sosa, está urgido de fuero para evadir la acción de la justicia, razón por la cual deberá hacer campaña con un amparo, ante el riesgo de ser detenido de un momento a otro
La preocupación que invade a las cabezas del Grupo Universidad, en especial a los Sosa Castelán, los está llevando a buscar alianzas con quién sea, para que candidaturas al Senado como la de Damián Sosa no se vengan abajo ante el curso que siguen investigaciones judiciales iniciadas a petición de un acuerdo de colaboración de la DEA con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), desde febrero del 2019.
No es casual que en un podcast difundido por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), denominado: “Con Peras, Manzanas y Naranjas”, Rubén Moreira, ex gobernador de Coahuila y esposo de la diputada federal y Secretaria General del PRI, Carolina Viggiano, haya llegado a los terrenos de la estolidez al afirmar que fue el también ex gobernador, Omar Fayad, quien solicitó en su momento a Enrique Peña Nieto, en su calidad de Presidente de la República, meter a la cárcel a Gerardo Sosa Castelán, el capo que por décadas ha mantenido secuestrada a la Máxima Casa de Estudios, lo mismo que a sus millonarios presupuestos.
Como se recordará, el jefe de la “Sosa Nostra” fue detenido el 31 de agosto del 2020 por agentes federales, luego de que el titular de la UIF y, posteriormente, encargado del despacho de la Procuraduría del Estado, Santiago Nieto, integrara un sólido expediente por presuntos lavado de dinero y delincuencia organizada, en el irregular y oscuro manejo de 156 millones de dólares que Gerardo Sosa trianguló por 22 países hasta parar en cuentas de bancos suizos,
Ahora sucede que Moreira se ha convertido en matraquero de oficio de la mafia universitaria al tratar de confundir a la opinión pública con un guion mal armado y peor fundamentado porque el asunto de la investigación contra la “Sosa Nostra”, no tuvo su origen en la administración de Fayad sino de la propia DEA que comenzó a seguir la pista de las múltiples e irregulares triangulaciones de las cuantiosas cuentas de los Sosa Castelán.
¿A cambio de qué se está dando esta endeble defensoría de los priístas, que buscan a toda costa endilgar a los delitos de mafiosos un fin político?
El pacto que seguramente han hecho con el Grupo Universidad tienen, sin duda, como uno de sus hilos conductores al ex mandatario, Francisco Olvera Ruiz, pues no hay que olvidar que Paco fue el jefe de los porros habilitado por Gerardo Sosa, quien lo protegió y promovió en su gris carrera política.
Durante su gestión, Olvera protegió en todos los sentidos a lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador, calificó en julio del 2019 –cinco meses de que iniciará la investigación de la UIF–, como uno más de los cacicazgos enquistados en “varias universidades públicas”, y que aprovechándose de la autonomía, “malversaron fondos” teniendo no solo bajo su dominio las instituciones sino la designación de “rectores, diputados y hasta senadores”. Las palabras del Jefe del Ejecutivo llevaban clara dedicatoria a la “Sosa Notra” y a otras mafias similares como la de Raúl Padilla en la Universidad de Guadalajara (U de G).
Todos en Hidalgo saben que el ex gobernador (Olvera) está empeñado hasta el tuétano con la “Sosa Nostra”, y no debe extrañar a nadie que ahora a trasmano y por indicaciones de su padrino político, busque defender a Damián Sosa, uno de sus patrones del Grupo Universidad.
Y al igual que en el asunto de las cuentas pendientes de Olvera con el multimillonario adeudo al ISSSTE, los priístas se escudan en una inexistente persecución política, y de la mano de los capos del Grupo Universidad, mueven sus hilos en medios que siguen siendo apoyadores de los Sosa Castelán, como Cadena Tres, donde en uno de sus noticieros , se dio amplia difusión a las palabras de Moreira y se trató de responsabilizar al Poder Judicial del Estado y al gobierno local, en la fabricada teoría de los beneficios políticos y la persecución contra los jefes de la “Sosa Notra”.
No debe olvidarse que por años, el propio Gerardo Sosa presumió de su amistad personal con Mario Vázquez Raña, cabeza de la Organización Editorial Mexicana (OEM), hasta su muerte y cuyo imperio, incluida Cadena Tres, fue heredado por su familia, con todos y sus viejos intereses y amistades.
Resulta infantil argumentar que la actuación de Santiago Nieto como titular de la UIF, llevaba implícita una persecución política porque en el 2019 aún estaba lejana la sucesión en Hidalgo y no podía saberse si Morena ganaría la gubernatura. El congelamiento de cuentas y la detención de Gerardo Sosa que, ahora se sabe, fue ayudado por el ex Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, a cambiar su celda en el penal del Altiplano por una prisión domiciliaria, son producto de una acuciosa y fundamentada investigación que todavía no concluye, razón por la cual Damián Sosa aceptó que deberá hacer campaña como aspirante al Senado por el Partido del Trabajo (PT), con un amparo en la bolsa.
Damián sabe perfectamente donde le aprieta el zapato, por eso echa mano de sus ahora aliados del PRI para tratar de engañar a la opinión pública hidalguense, buscando victimizarse por lo que pueda venir. El aspirante a la Cámara Alta, está consciente que en las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), aparece su nombre como presunto responsable de los delitos que se le imputan a su hermano.
Él es accionista principal de la Inmobiliaria, Constructora y Arrendadora Yolo, presuntamente usada para sustraer recursos de la UAEH. Según Damián, la empresa es familiar y tiene 33 años de antigüedad. Lo que el candidato del PT al Senado no dice ni explica a los hidalguenses cual es el por qué dos de sus sobrinas, Ana Carmen y Adriana Sosa Castelán Cravioto, se encuentran prófugas. Y también como probable responsable en estas empresas –algunas de ellas fachada como contabilidad Siglo XXI–, aparece su cuñada, Carmen Cravioto Torres.
Un factor que une a Damián con Paco Olvera y otros priístas, es el estar urgidos de fuero para evadir la acción de la justicia. Por eso argumentan a los medios su imaginaria persecución política y tratan de confundir a la ciudadanía con el cuento de que Omar Fayad estuvo detrás de la detención del Jefe de la “Sosa Notra” y de que el gobernador, Julio Menchaca trata de sacar un beneficio político del asunto.
“El que nada debe, nada teme”, reza el sabio refrán, pero parece que Damián sí debe algo. Y muy cuantioso, al igual que sus ahora públicos “matraqueros” y defensores de oficio como Rubén Moreira.
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