En la edición de Proceso del 5 de abril de 2009, la politóloga Denise Dresser publicó un artículo titulado “Carta abierta a Carlos Slim”, en donde hace un sinfín de cuestionamientos al magnate por la forma en que ha hecho su gran fortuna, al amparo del poder político; asimismo le reprocha no poner su riqueza y empresas al servicio de los demás y no tener un espíritu verdaderamente altruista.
La elocuencia desplegada en aquel texto, prolífico en frases alusivas a la enorme desigualdad social que prevalece en México, las cuales suelen ser aplaudidas ampliamente entre las élites de la intelectualidad, no sólo tenía la intención de criticar a uno de los hombres más ricos del mundo, sino quejarse de las altas tarifas que cobran sus compañías de telefonía y cuya calidad en los servicios no corresponde a lo que se paga.
Apuntó: “Probablemente usted va a descalificar esta carta de mil maneras, como descalifica las críticas de otros. Dirá que soy de las que envidian su fortuna, o tienen algún problema personal, o una resentida. Pero no es así. Escribo con la molestia compartida por millones de mexicanos cansados de las cuentas exorbitantes que pagan; cansados de los contratos leoninos que firman; cansados de las rentas que transfieren; cansados de las empresas rapaces que padecen”.
Años después con el auge de las redes sociales Dresser ha optado por esta vía para manifestar su inconformidad por cosas que le suceden. El 4 de diciembre de 2013, para expresar su molestia hacia los servicios de internet que le proveía Teléfonos de México escribió lo siguiente en Twitter: “Oye, @Telmexsoluciona cuando vienes a arreglar mi internet que lleva dos días sin funcionar. Reporte 16330742. O quieren otro artículo contra Slim?”
La queja de la académica fue vista, incluso por algunos de sus seguidores, como un alarde de prepotencia, al amenazar con un “periodicazo” para que se le resuelva un problema que muchos usuarios seguramente padecen, pero no tienen a su alcance un medio de comunicación ni otra posición de privilegio para exigir la misma solución. Cibernautas etiquetaron sus expresiones con el hashtag #LadyTelmex, que se convirtió en trending topic por varias horas.
El 29 de diciembre de 2015, con motivo de un robo que sufrió en una plaza comercial al sur de la Ciudad de México, escribió: “¿Policía de adorno? Acaban de robarme en Centro Coyoacán; policía vino y se fue. Que no podía (o no quería) investigar. A hacerlo yo, pues”. Por ser un personaje público, Dresser recibió respuesta a través de Twitter por el jefe de la policía capitalina, Hiram Almeida, quien le ofreció buscar a los responsables y revisar la actuación de los policías que, aparentemente, no la auxiliaron. Pero de nueva cuenta, la analista política buscó un trato de excepción que no tienen miles de ciudadanos que pasan por un hecho similar.
Este viernes 26 de febrero, la molestia de Denise Dresser en Twitter se ha volcado en contra del Instituto Nacional Electoral por el proceso a seguir para reponer su credencial de elector extraviada. En un primer tuit, escribió. “No pude hacer cita en @INEMexico porque todos los módulos están saturados y ofrecen citas hasta junio. Además hoy se "cayó el sistema". Algunos usuarios le pidieron no quejarse por un trámite que millones de ciudadanos llevan a cabo diariamente en todo el país y que en algunas épocas del año tarda más en realizarse por la alta demanda. Ella respondió: “Como pago impuestos tengo derecho a quejarme, más aun tratándose d servicio de institución tan cara como @INEMexico”.
Hasta el momento de concluir esta nota, Dresser no ha mencionado en su cuenta si el INE ha respondido a sus demandas. Ante los usuarios que la critican, defiende su derecho a usar las redes para expresar su inconformidad, el cual indudablemente tiene, pero no así a adoptar una pose de superioridad para pedir un trato excepcional ante hechos que millones de mexicanos viven, pero que no aparecen en Forbes, Líderes Mexicanos o Quién como un personaje influyente para exigir que su voz sea escuchada.