Se hace llamar Maria Tores y pide ayuda en webs de crowdfunding para financiar una operación cerebral para su supuesto nieto, Antonio Tores, quien, según la fraudulenta petición, se encontraría en coma tras sufrir el atentado en La Rambla. Ayer contábamos la historia de la falsa víctima de Barcelona y hoy descubrimos que la imagen del supuesto nieto intubado que se usa para enternecer a los posibles donantes pertenece en realidad a una niña. La fotografía es un fragmento de otra más amplia en la que se ve la coleta y el lazo rosa de la pequeña Chrissie y cómo Steve, un enfermero del hospital Metodista infantil de San Antonio, en EEUU, le sujeta la mano. Fue tomada el 6 de mayo de 2010, 13 días antes de que Chrissie falleciera tras una operación de corazón -un apósito tapa la cicatriz en el pecho- que no superó. Tenía cuatro años.
La imagen que el/los estafadores usan para lucrarse está colgada en la web Bossyourheart.org, en la que Matt y Lorraine Patterson, los padres de Chrissie, honran su memoria.
Matt y Lorraine Patterson son una pareja muy especial, con unas convicciones religiosas muy fuertes y una entrega hacia los más desfavorecidos poco usual. Chrissie fue el segundo hijo que adoptaron. En marzo de 2015, cuando el periódico local San Antonio Express News los visitó en su casa en Wimberley, en Texas, tenían ya 10 hijos adoptados, 13 en total sumando los tres biológicos.
La mayoría, como Chrissie, eran niños con problemas, como discapacidades intelectuales o síndrome de down. Chrissie es la única a la que han perdido. La madre, Lorraine, cuenta así su historia en la red: «Adoptamos a nuestra preciosa princesa Chrissie en Serbia en octubre de 2009, el mismo mes en que celebró su cuarto cumpleaños en los brazos de sus nuevos mamá y papá. Chrissie nació con varios problemas cardiacos congénitos. Había sido incluida para la adopción internacional cuando cumplió tres años, después de que cuatro familias diferentes que se comprometieron a adoptarla retrocedieran al enterarse de sus necesidades médicas. Dios pidió a nuestra familia que la adoptara y cuando le preguntamos a Dios por qué las otras familias se retiraron, dijo: ‘Porque ella es vuestra’. Chrissie pudo pasar seis meses de alegría con nosotros en Texas y otro mes luchando por su vida tras una cirugía de corazón abierto en San Antonio, Texas».
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