Esta semana AMLO y sus medios cooptados se dieron vuelo difundiendo lo que han llamado los “insultantes” privilegios de los once ministros de la Suprema Corte de Justicia.
Elevados sueldos y grandes prestaciones, sí, correspondientes a la elevada responsabilidad de los ministros y que a diferencia de los negocios, los contratos y los delitos cometidos por miembros de la 4T, no violan leyes o son producto del conflicto de interés.
Por ese motivo, en esta entrega, las cinco chingaderas toman otro cariz para hablar de cinco grandes privilegiados de la 4T: Manuel Bartlett, José María Rioboó, Ignacio Ovalle, Carmen Lira y por supuesto, José Ramón López Beltrán.
Sí, lo sabemos: la red de privilegiados con dinero, con impunidad o con las dos es mucho, mucho más grande. Pero con cinco nombres tenemos para empezar.
El presidente dice todo el tiempo que en su gobierno ya se acabaron los privilegios, pues ya no es “lo de antes”.
Y bueno, lo que en realidad ocurre es que ahora los privilegiados son sus parientes y amigos. Porque la 4T aplicó el clásico “quítate tú, para ponerme yo”, porque no son iguales, no. Son peores.
1.- Ignacio Ovalle: impunidad por 15 mil millones de pesos
Como hemos dicho, el privilegio puede medirse en dinero o en impunidad. En el caso del exjefe y amigo de AMLO, Ignacio Ovalle, se trata de los dos rubros y en cantidades colosales.
En 2019, Reforma reportó que Segalmex, una creación de este gobierno para distribuir alimentos a precios populares, dirigida por Ignacio Ovalle, estaba dando grandes cantidades de contratos sin licitación.
En 2020, a partir de documentos públicos y revisiones de la Auditoría Superior de la Federación, Mexicanos Contra la Corrupción documentó decenas de contratos simulados en Segalmex, que conjuntaban un daño al erario por más de 15 mil millones de pesos.
Ese mismo año, el director de finanzas, René Gavira, dejó el cargo y fue señalado de corrupción. Ignacio Ovalle continuó en su puesto.
En enero de 2022, mientras la prensa seguía documentando irregularidades a destajo, el gobierno destituyó y denunció a tres altos funcionarios. Ignacio Ovalle continuó en su puesto.
El 21 de febrero de 2022 AMLO pidió a la ciudadanía “evitar juicios sumarios” en contra de Ovalle. En abril de ese año René Gavira fue vinculado a proceso
Días después, AMLO quita a Ovalle del cargo, pero no lo denuncia ni lo vincula a proceso, sino que le da un nuevo cargo en la Segob.
En mayo de 2022, Animal Político revela que Ovalle autorizó inversiones ilegales por 950 millones de pesos con dinero de Segalmex. En agosto, el gobierno informa que ha presentado 38 denuncias por esta megaestafa. Ninguna de ellas contra Ovalle.
En noviembre de 2022, la ASF informa que ha presentado 11 denuncias por el caso. Ninguna de ellas contra Ovalle.
En diciembre, el nuevo director de Segalmex, Leonel Cota, reconoce que durante la gestión de Ovalle hubo cobro de “moches”. Pero el funcionario siguió intocado.
El 9 de marzo, la FGR obtuvo 25 órdenes de aprehensión. Ninguna de ellas en contra de Ovalle.
El 4 de abril de este año, AMLO dijo que si Ovalle tuviera alguna responsabilidad debería asumirla, pero que a su juicio, la culpa la habían tenido una bola de priistas mañosos que lo habían engañado.
Y el amigo y exjefe del presidente, sigue libre, gozando de total impunidad.
2.- José María Rioboó, el contratista favorito de la 4T. Y de paso, su esposa Yasmín Esquivel
Desde que AMLO era jefe de gobierno del Distrito Federal, José María Riobóo estaba ahí para ejecutar sus ocurrencias. Fue quien desarrolló el proyecto de los segundos pisos en Periférico, que en su momento estuvo envuelto en la opacidad, la sospecha y múltiples irregularidades.
Entre 2022 y 2005 ganó con AMLO 171 millones de pesos. Además de los segundos pisos se encargó de nueve obras más.
En 2021, recibió del gobierno de Claudia Sheinbaum dos contratos por adjudicación directa por 49 millones de pesos para obras del Tren Interurbano Toluca-Valle de México.
Además, entre 2019 y 2022 recibió siete contratos por 72 millones de pesos con el Sistema de Transporte Colectivo Metro.
No solo eso: Rioboó es quien proyectó el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, propuesta que AMLO traía desde 2014. Se desconoce cuántos millones se llevó el empresario por participar codo a codo en el proyecto consentido del presidente.
Y para redondear el privilegio, no podemos dejar de mencionar la permanencia de Yasmín Esquivel en su asiento en la Suprema Corte a pesar de los plagios en sus tesis de licenciatura y maestría.
No importa que en apariencia sea una de las ministras atacadas por sus privilegios. En realidad, cuenta con la protección y el favor presidencial.
3.- Los dos Manuel Bartlett
¿Ya se olvidaron de “Bartlett, bienes raíces”? Fue el primer gran reportaje que documentó la corrupción de la llamada 4T. Lo divulgó en 2019 Carlos Loret de Mola y en síntesis, informó, con pruebas, que el director general de la Comisión Federal de Electricidad había ocultado la propiedad de 23 residencias y su participación en 13 empresas.
Al ser el primer gran escándalo, fue también el primer funcionario del sexenio al que AMLO defendió con el clásico “le tengo confianza”. Para fingir apego a la ley, le ordenó a la entonces secretaria de la Función Pública que lo “investigara” y obviamente, Irma Eréndira, que también tenía sus buenas propiedades sin declarar y obtenidas sospechosamente, dictaminó que no había ninguna falta en Manuel Bartlett.
Y ahí sigue el licenciado, haciendo y deshaciendo en la CFE, poniendo en riesgo la participación de México en el T-MEC, pero complaciendo a AMLO que sueña con un monopolio eléctrico a cargo de la Comisión.
El privilegio se ha extendido a su hijo, León Manuel Bartlett Álvarez, que ha celebrado millonarios contratos con dependencias del gobierno federal.
Por ejemplo, un contrato multianual con la Sedena por 31 millones 135 mil pesos para vender materiales de cirugía robótica. Ello, a pesar de que tenía ya una inhabilitación de parte de la SPF por haber vendido al IMSS ventiladores usados, dando información falsa para ganar el contrato.
El gobierno de AMLO presumió de su combate a la corrupción por haber sancionado a Bartlett hijo, pero bajo la mesa la Sedena le siguió dando a ganar millones de pesos.
4.- Carmen Lira, la comadre distinguida
Carmen Lira, que lleva más de 25 años como directora del diario La Jornada, ha vivido un sexenio dorado en materia de contratos de publicidad para su medio.
De acuerdo a datos disponibles en la Plataforma Nacional de Transparencia, hasta mediados del 2022 había facturado 841 millones 195 mil 833 pesos.
De enero a diciembre de 2021, La Jornada facturó 223 millones 336 mil 604, casi 15 millones más de los 208 millones 402 mil 543 pesos que obtuvo en 2020. Estos montos, sumados a los 253 millones 371 mil 250 pesos que recibió en 2019, dan un total de 685 millones 110 mil 397 pesos.
Agregando lo que facturó en el primer semestre de 2022 superó los 840 millones. A ello hay que sumar lo facturado en el resto de 2022 y 2023.
Pero el privilegio no queda ahí, pues también la sobrina de la comadre del presidente ha tenido buena fortuna. En abril de 2021, el tuitero Alephbio informó que Carmen Huete Lira recibió un contrato de 368 mil 364 pesos con el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR) que preside Jenaro Villamil.
5.- Hijazo de su vidaza: José Ramón López Beltrán
Esta breve lista de privilegiados debe contar obligadamente con José Ramón López, el bodoquito, el Junior de la 4T.
Sus grandes privilegios son ya bien conocidos, gracias al excelente trabajo de diversos periodistas.
A saber:
-Vivió en una casa de alto precio, propiedad de un individuo que fue directivo de Baker Hughes, una empresa petrolera que recibió miles de millones en contratos con Pemex.
-Los hijos del empresario Daniel Chávez, gran amigo de su papá, dieron la cara por él asegurando que trabajaba con ellos en Houston, en una empresa suya, como abogado. Pero no era cierto, ya que se probó que José Ramón no tenía licencia para ejercer en Estados Unidos. La mentira no le trajo ninguna consecuencia.
-También Baker Hughes salió a limpiar su imagen, al asegurar que tras una “investigación” habían descubierto que nunca hubo conflicto de interés en el hecho de que José Ramón y su esposa vivieran en la famosa Casa Gris.
-Recibió tratamiento exclusivo contra el Covid por parte de médicos militares. José Ramón, lo ha dicho su padre, no tiene nada que ver con el gobierno. Aún así, la Sedena lo trató como si fuera el mismísimo Comandante Supremo, ya que en una misión especial soldados fueron a conseguir Remdesivir para tratarlo. Medicamento que estaba prohibido para el resto de mexicanos. Además, afanadoras militares acudían a hacerle las labores domésticas. Para entonces, ya vivía en Ciudad de México.
– La asistente de Carmen Lira le prestó o le rentó, no se sabe, una vivienda en Coyoacán. Es decir, una empleada de una empresa contratista del gobierno, cuya directora es comadre del presidente, le facilitó su vivienda. Si es prestada, es tráfico de influencias. Si es rentada, falta saber de qué vive José Ramón, pues no tiene medios de vida conocidos.
-José Ramón viaja a lugares caros y exclusivos. Maneja vehículos de muy elevado precio. Come en lugares costosos. Todo, a pesar de que su padre dijo que lo mejor de todo es alejarse de lo material.
UNA LARGA LISTA
¿Sólo cinco privilegiados? Para nada.
Podríamos llenar páginas y páginas hablando de los negocios y/o la impunidad del otro hijo de AMLO, Andy. De Claudia Sheinbaum, de Alejandro Gertz, Adán Augusto López, Irma Eréndira Sandoval, Jenaro Villamil, Luis Cresencio Sandoval, Delfina Gómez, Marcelo Ebrard, Florencia Serranía, Layda Sansores y decenas más.
*ofv