Si alguien pensaba que los actos de terror y violencia que se vivieron la semana pasada harían que el presidente mostrara algo de conciencia, se equivocó. Fue al contrario.
No fue suficiente el terror, ni los muertos ni las pérdidas materiales. AMLO mostró su nula calidad humana al decir que no hay que darle importancia a la violencia, que él se siente muy seguro en todo el país y acusando a periodistas y opositores de hacer campaña negra en su contra.
Lo mismo mostró Elizabeth García Vilchis, que se sumó a la teoría del complot. Y por su parte, el infame Hugo López Gatell se ganó una rechifla nacional al atacar a los pequeños consultorios médicos que se encuentran en miles de farmacias de descuento de todo el país.
1.- Yo me siento muy seguro en todo México, dijo AMLO
Pareciera que al presidente López Obrador le gusta burlarse de la desgracia ajena. A una semana de que el crimen organizado cobró la vida de once personas y que le arrebató la tranquilidad a miles y quemó tiendas y vehículos, AMLO se ufanó de que él, en lo personal, se siente a salvo.
Tan a salvo y tan seguro, que ni siquiera necesita escolta.
Este viernes, en Tijuana, le preguntaron si había incrementado su seguridad y dijo que él nunca trae seguridad, no trae escoltas o vehículos especiales. Es falso, por supuesto, a AMLO lo siguen muchas personas encargadas de su seguridad. Pero lo que es una chingadera es que presuma “no tengo nada que temer, me siento muy seguro en Baja California y en todo México”.
Felicidades, presidente, el resto de los mexicanos no se sienten muy seguros.
2.- No hay que darle tanta importancia a los hechos violentos, fueron propaganda del crimen organizado
Así como lo oyen, el presidente dijo a principios de semana que existía la posibilidad, la hipótesis de que los actos violentos tuvieran un trasfondo político, en el que podrían estar involucrados sus adversarios.
Dijo que fue “propaganda” de los grupos delictivos. Sí, como si necesitaran anunciarse o hacerse famosos. Y fue en ese contexto que señaló que por ese motivo, porque fue propaganda, no había que darle “tanta importancia”.
El subsecretario Ricardo Mejía Berdeja catalogó a las jornadas de violencia y terror como actos con un “propósito de propaganda criminal para buscar generar sicosis social ante su disminuida capacidad delictiva”.
Sí: el gobierno aceptó que el crimen organizado buscó generar psicosis social. Pero negó, neciamente, que se tratase de terrorismo.
3.- No fue terrorismo, fue “percepción”
Ya sabemos que todo tema que AMLO quiere colocar en la conversación se lo encarga a Elizabeth García Vilchis. Fue así que ella, muy obediente, salió a decir que todo lo que se informó sobre la violencia en Guanajuato, Jalisco, Chihuahua y Baja California fue una campaña de mega mentiras pensada para generar la percepción de que hubo terrorismo.
Tal como lo hizo desde un primer momento AMLO, Vilchis la emprendió en contra de los medios de comunicación y la oposición, y no contra el crimen organizado.
Y por supuesto que empleó su recurso favorito: decir que se exageró, que se magnificaron los hechos. ¿En dónde estuvo la exageración? No lo dijo. Pero lo que sí hizo fue exponer y atacar a medios de comunicación y periodistas que dieron seguimiento al tema y dijeron la verdad: que se trató de terrorismo.
4.- La FEDE obstaculiza el caso de Pío López Obrador
La Fiscalía Especializada en Delitos Electorales se negó esta semana a llamar a declarar al presidente López Obrador sobre el caso de los famosos sobres amarillos con dinero que recibió su hermano, Pío López Obrador hacer varios años.
Hace un par de semanas, Pío pidió que en la investigación que se le sigue, se cite a declarar a su hermano en presidente, ya que según ha dicho, él sabe “la verdad”.
La respuesta de la dependencia fue que no puede hacerlo, ya que la ley se lo prohíbe. Específicamente el artículo 90 del Código Nacional de Procedimiento Penales que afirma que no está permitido “citar al Presidente de la República ante este órgano ministerial a efecto de que comparezca a rendir su declaración, ya que en ese dispositivo jurídico se establece de manera expresa la excepción de comparecencia del titular del Ejecutivo Federal”.
La única forma en que AMLO se podría presentar a declarar es si él quiere. Y parece claro que no tiene la menor intención de hacerlo.
5.- El malvado doctor Gatell contra los consultorios de las farmacias
A nombre del gobierno federal, Hugo López Gatell la emprendió contra los miles de consultorios médicos adyacentes a farmacias de descuento, a los que llamó un “gran engaño” que debería desaparecer porque según él, solo son un negocio y un peligro para la vida.
Con el sector Salud devastado, un Insabi totalmente fracasado, la persistencia de desabasto de medicamentos y miles de plazas médicas sin ocupar por causa de la inseguridad, Gatell mostró de qué está hecho en materia de chingaderas y amenazó con desaparecer a uno de los salvavidas de los mexicanos.
Dijo, como si fuera la gran revelación, que estos consultorios no resuelven problemas de salud graves, sino solo pequeñas dolencias, algo que es bien sabido por todos los usuarios, que acuden a ellos buscando atención de medicina general, nunca de especialidades.
Sobra decir que el repudio contra Gatell fue generalizado y se rescató en redes sociales ese apodo suyo tan acertado: Doctor Muerte.
Lo chingón
1.Ciudadanos comunes y médicos salieron a defender el modelo de consultorios adyacentes a farmacias debido a que representan una real alternativa que la gente acceda a un primer nivel de atención médica a bajo costo.
2.-El TEPJF confirmó que AMLO cometió un delito electoral al criticar a la candidata del PRI a la gubernatura de Hidalgo, Carolina Viggiano. Se le corrigió la sentencia al Tribunal Electoral local, que había dicho que el presidente no cometió ninguna falta.
3.- Por unanimidad, el INAI determinó que existen elementos para sancionar a AMLO por difundir datos personales del periodista Carlos Loret de Mola. Es chingón que se haya logrado este fallo, aunque la parte que no es buena es que la sanción le corresponde dictarla al superior jerárquico del funcionario sancionado. Es decir, que AMLO tendría que sancionarse a sí mismo.
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