viernes 15 noviembre 2024

Ricardo Sevilla: un vividor de la calumnia

por Angélica Recillas

Este texto forma parte del libro Los Farsantes de la 4T, tomo 2, publicado en 2023 por Editorial é. 

Quiso ser un “ogro de las letras”1, pero se convirtió en el Pulgarcito de la propaganda obradorista. Diminuto entre los propios enanos.

Se inició en el periodismo cultural, ámbito en el que escribió tres libros, ganó un premio de poesía y colaboró en varios medios a los que ahora ataca con dolo, Letras Libres entre ellos.

También tuvo un extraño y poco clarificado paso por el IMSS, de donde salió despedido (en 2021) el mismo día en que, en la mañanera, le dijo a AMLO que dentro de Canal Once había analistas que lo llamaban “pendejo”2. Según él, ingresó al instituto en 1998, pero según datos oficiales, ingresó en el 2004.

Desde 2019 Ricardo Sevilla Gutiérrez (Ciudad de México, 1974) dio un vuelco y relegó la cultura por el falso análisis político. Ahora su principal trinchera son las redes sociales y los medios digitales, aunque también participa en un par de periódicos y dirige un portal que nadie toma en cuenta: Paralelo 24, cuyo lema es “Impulsemos la transformación”3.

“Sevilla aspira a ser un ogro de las letras, un escritor inconveniente en un mundo de literatos cumplidores y formales”, escribió de él el escritor Omar Nieto4, prologador de su libro Álbum de fatigas, de 2014.

La notoriedad que no logró con sus trabajos de corte cultural (colaboró en el suplemento Arena, de Excélsior) comenzó a obtenerla a partir del escándalo mediático político conocido como “Operación Berlín”, un supuesto y oscuro complot del que él habría formado parte para descarrilar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador en 2018.

Ello, según propia confesión hecha en el programa de Carmen Aristegui y en otros espacios noticiosos. El arrepentimiento que dijo tener por tal acción lo transformó en un férreo defensor del lopezobradorismo. Ahora es más bajuno que el propio Vicente Serrano, lo que ya es mucho decir.

Sevilla, como el resto de los farsantes de la 4T, se ha convertido exactamente en aquello que alguna vez dijo despreciar. En 2014, en el libro mencionado arriba, de relatos breves y aforismos, el entonces escritor y poeta presenta una pequeña pieza llamada El sirviente, que describe, vaya paradoja, a un escritor vendido, a un arrastrado.

“Adulador de tiempo completo, apenas tiene espacio para escribir. Eso no le impide afirmarse literato… Es un tenaz y obstinado orgulloso del piropo y del requiebro… ¡Hay que verlo practicando su oficio zalamero”.

Vaya cosa. En las citadas líneas, Sevilla prácticamente anticipó su futuro, cristalizado en tuits como el siguiente: “¡Hay de ministras a ministras! Mientras Norma Piña encarga la seguridad y logística de la @SCJN al exdirector del SNSP en la época de García Luna, @YasminEsquivel_ viajó a Tapachula, al #Méxicoprofundo, a conversar sobre los derechos de los migrantes. ¡Qué diferencia!”5.

Partidario del protagonismo y la arrogancia que distingue a la mayoría de los voceros del régimen, Sevilla convierte los espacios en que participa en tribunales mediáticos, donde se erige en juez de medios, periodistas y personajes públicos que se oponen o “atacan” a AMLO, para lo cual utiliza, las más de las veces, un lenguaje soez y violento.

Se ufana de ser un periodista de investigación. Por eso, bautizó su canal de YouTube como Los Datos Duros pero, en una gran paradoja, éstos están ausentes en sus “investigaciones”. Son contados los casos donde muestra pruebas documentales para apuntalar sus dichos, pues en casi todos prevalecen testimonios de difícil comprobación provenientes (qué conveniente) de “fuentes anónimas”.

Otras ocasiones presenta como si fuera suya información ya difundida por otros periodistas, o bien, información pública a la que le imprime un falso sesgo de ilegalidad para así construir narrativas de supuesta denuncia. A la usanza de AMLO, siempre se victimiza y busca que se crea en su palabra como dogma de fe.

La confesión de un supuesto complot

¡Complot contra AMLO! La voz de alerta la dio el sitio digital Eje Central el 14 de marzo de 2019 mediante el reporte titulado “Operación Berlín: Conjura Anti AMLO” del reportero Juan Carlos Rodríguez.

En este texto, el periodista, a partir del testimonio anónimo de alguien identificado como “Miguel Ángel”, reveló una siniestra trama presuntamente encabezada por el historiador Enrique Krauze y su editor en Letras Libres, Fernando García Ramírez, en asociación con poderosos empresarios.

El testimonio de “Miguel Ángel” (que resultó ser Ricardo Sevilla) señaló a García Ramírez como el “reclutador” de equipos de trabajo compuestos por periodistas y escritores con la finalidad de generar contenidos de alto impacto para desprestigiar a AMLO e impedirle llegar a la presidencia. Dichos contenidos estaban destinados a publicarse en redes sociales y sitios digitales. La encomienda era pintarlo como dictador, intolerante y autoritario.

“Miguel Ángel” aseguró que él personalmente se entrevistó con Krauze, y que acudió a la cita de buena fe, pensando que participaría en algún proyecto editorial. Dijo que no sabía entonces que se tramaba todo una operación propagandística contra AMLO. Relata que cuando el historiador le preguntó su opinión sobre AMLO, él, con tal de quedar bien con el afamado escritor, citó varios pasajes de su conocido ensayo “El mesías tropical”. Así simpatizaron.

Según el relato de Sevilla, la empatía de Krauze surgió de inmediato. “No podemos permitir que López Obrador llegue a la Presidencia”, soltó. Agregó que “la democracia liberal estaba atravesando por una severa crisis” y que “un político intolerante y explosivo no podía colarse a la Presidencia de la República”. Y repitió varias veces su eslogan de batalla: “Andrés Manuel es un peligro para México”.

Antes de terminar la charla, Krauze le habría dicho al examinado que estaban buscando formar un grupo de intelectuales de “alto rendimiento” para un trabajo que sería intenso en los meses por venir. “Me preguntó que si deseaba incorporarme. Y yo emocionado y pensando en que me sumaría a sus huestes intelectuales, le respondí que sí”, detalló. Después se reuniría con García Ramírez, quien sería su jefe durante los siguientes 18 meses.6

“Miguel Ángel” habló de Agustín Coppel, director general de Grupo Coppel; Alejandro Ramírez, director de Cinépolis, y Germán Larrea, presidente de Grupo México, como los responsables del financiamiento de esta operación. Según él, otros involucrados eran los militantes del PAN Ricardo Rojo y Jesús Ramón Rojo Mancillas, quienes tenían a su cargo la coordinación operativa de los grupos en las redes sociales y supervisaban que los contenidos para golpear la imagen de López Obrador salieran en los tiempos y medios previstos.

El autor del reporte periodístico publicado por Eje Central hizo la precisión de que se consultó a todos los mencionados para solicitar su versión de los hechos y que, a excepción de Rojo Mancillas, quien no pudo ser contactado, el resto negó rotundamente su participación en la trama antiAMLO.

El periodista no presentó ninguna prueba documental que acreditara fehacientemente la participación de los personajes aludidos; únicamente se hace referencia a chats de WhatsApp y Messenger, correos electrónicos y comunicaciones verbales. Aún así, el reportero la publicó.

La misma historia fue contada por la exsecretaria de Economía, Tatiana Clouthier, en el libro Juntos hicimos historia, donde compila todas sus experiencias como coordinadora de la campaña de AMLO en la elección presidencial de 2018. En la obra habla de la presunta conspiración en contra del tabasqueño para tratar de evitar que llegara a la Presidencia. Al igual que en el testimonio anónimo de Eje Central, la exdiputada también señala a Enrique Krauze, Fernando García Ramírez y el empresario Agustín Coppel como los cerebros de la maquinación. También sin pruebas, Clouthier acusó:

Se presume que Agustín Coppel se reunió con Enrique Krauze para encargarle que prepararan contenidos intelectuales más refinados. La encomienda le fue asignada a Fernando García Ramírez, columnista de El Financiero y miembro del consejo editorial de Letras Libres, publicación dirigida por Enrique Krauze. La amistad entre el historiador mexicano y el empresario sinaloense era añeja y reconocida públicamente. La participación de García Ramírez, personero de Krauze, y quien, de acuerdo con los que nos informaron, terminaría participando como asesor en el War Room de Ricardo Anaya, candidato del PAN a la Presidencia de la República, consistiría en preparar las investigaciones especiales contra López Obrador y su círculo cercano.

Los contenidos que adolecían de soporte periodístico fueron a parar a la página Pejeleaks.org, un portal que según decía, tenía el supuesto fin de evidenciar a través de averiguaciones periodísticas, “la faceta más oscura y desconocida” de López Obrador… Más indagaciones me llevaron a descubrir que la página de Pejeleaks había sido comprada en Panamá, operaba desde Los Ángeles, California, y su financiamiento provenía, como me habían contado, de empresarios mexicanos. Más tarde descubrí que se trataba de trabajos que Fernando García Ramírez, mano derecha de Enrique Krauze, les encargaba.7

Nótese el empleo de las expresiones “se presume”, “nos informaron” y “me contaron”, que suelen utilizarse cuando se carece de soporte documental para darle validez a la información presentada.

Aun cuando Clouthier decía contar con “todas las pruebas” de sus aseveraciones sobre el presunto complot contra AMLO, en el libro nunca aparecieron, ni tampoco las mostró en ninguna de las entrevistas que concedió a distintos medios de comunicación como Aristegui Noticias o Sin Embargo. No lo ha hecho hasta ahora. También faltó a la verdad al asegurar que ella descubrió el origen de Pejeleaks, pues los datos sobre el registro del dominio y operación del sitio web ya habían sido revelados en las redes sociales por expertos en informática, que dejaron en claro que el rubro de la autoría estaba oculto, es decir, no podía saberse quién o quiénes eran los responsables.

Dicho de otro modo: Clouthier nunca pudo acreditar la participación de Krauze en este portal.

El 17 marzo de 2019, unos días después de que Clouthier hablara sobre su libro en entrevista con Carmen Aristegui y de la difusión del reportaje de Eje Central, en el portal de Aristegui Noticias apareció un largo texto titulado “Krauze operó contra AMLO: testimonio desde la insidia”, firmado por Ricardo Sevilla, donde su autor afirma haber trabajado durante 18 meses en una estrategia “antilopezobradorista” para que el actual titular del Ejecutivo no ganara los comicios de 2018.

Con una línea discursiva muy semejante a la de la fuente anónima de Eje Central, Ricardo Sevilla dijo haber sido reclutado por Krauze para participar en la “Operación Berlín”, donde tendría como función principal generar contenidos mediáticos en contra de AMLO.

Mi tarea principal consistía en elaborar materiales —que tenían una forzada careta periodística— para atacar la imagen del político tabasqueño. El rigor era mínimo. Se trataba, en el peor de los casos, de hacerlo parecer zafio, intolerante y, sobre todo, como un dictador… Los tópicos eran mínimos y forzados. Una y otra vez se intentaba vincular a AMLO con las dictaduras latinoamericanas. Fidel Castro, Hugo Chávez y Nicolás Maduro, eran los caballitos de batalla que se nos pedía agotar.8

En el texto —un auténtico batidillo de ideas confusas, frases cojas y baratas teorías conspirativas— Sevilla acusa a Krauze y a García Ramírez de deberle dinero y de haber robado sus investigaciones.

Según él, un texto firmado Krauze y publicado el 2 de julio de 2018 en The New York Times en realidad lo escribió él, Sevilla. Lo que no dice es porqué decidió permanecer 18 meses en un proyecto que, según él, tenía fines aviesos. Pero justifica su largo silencio por el miedo que, según él, le imponía el historiador.

“Tardé en dar mi testimonio. No estaba seguro. El despotismo cultural de Krauze, muchos lo sabemos, es enorme. Casi 40 años de concentrar el poder en una sola persona, lo ha hecho aparecer como una especie de autócrata en el mundillo intelectual. Finalmente, decidí hacerlo”, alegó.9

Al día siguiente de esta publicación, Sevilla fue entrevistado por Aristegui, y durante más de una hora reiteró ante la periodista la trama novelesca (que hizo la delicia de los obradoristas). Aseguró que dentro del grupo también estaban Gabriel García Joll y Rubén Cota.

Como evidencia de la “conspiración”, Sevilla mostró algunas facturas para demostrar que, a través de Grupo Coppel, se le realizaron los pagos por sus servicios. También exhibió capturas de pantalla de chats de presuntas conversaciones con García Ramírez. Las facturas, si no son apócrifas, probarían una relación laboral, pero las capturas de pantalla —ya quedó demostrado por especialistas en informática— se falsifican fácilmente y, por tanto, no son concluyentes para fines probatorios.

Sevilla aseguró que otra tarea que tenía asignada era realizar investigaciones y búsqueda de datos para apoyar al candidato de la coalición Por México Al Frente, Ricardo Anaya, especialmente para su participación en los debates organizados por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Esto fue negado tajantemente por Fernando Rodríguez Doval, el vocero de la campaña de Anaya, quien, haciendo uso de su derecho de réplica, sostuvo que nunca recibió material alguno y dijo no tener ningún contacto con García Ramírez. Por tanto, sostuvo, es falso que Sevilla haya estado en el War Room del aspirante presidencial.

Aristegui presentó durante la charla un fragmento de la entrevista que Krauze dio a Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, en la que negó conocer y haberse entrevistado con Sevilla. También rechazó enfáticamente cualquier tipo de conspiración contra AMLO. No obstante, la periodista y su entrevistado dieron por hecho que las palabras de Krauze significaban una aceptación tácita de la existencia del grupo que se denunció en el libro de Clouthier y el reportaje de Eje Central. Lo cierto es que no existen evidencias fehacientes de que Krauze haya sido parte de esta trama, sólo los dichos de quienes así lo han denunciado. Tampoco se acreditó su presunta autoría del sitio Pejeleaks.

A la pregunta de por qué decidió involucrarse en el supuesto (siempre supuesto) proyecto y hablar de él después de tanto tiempo, Sevilla adujo que entró en él por razones económicas al encontrarse desempleado, y por las mismas razones permaneció en él aun cuando le resultaba desagradable lo que veía. “Pero la vida es cara”, dijo, y él tenía que vivir de algo, como mucha gente que trabaja en lo que no le gusta por necesidad. Sobre su tardía denuncia, dijo que se trató de un asunto de conciencia y una forma de reivindicarse de un error. Dijo:

Es un mea culpa. Es asunto de conciencia. Yo soy periodista, profesor, escritor; tengo hijas, soy padre de familia. Y me parece un asunto gravísimo; me sentía lacerado en el ánimo, la conciencia, y decidí hablar, pero no por lo que dicen ellos, que soy un instrumento. No lo soy… No pertenezco a ningún partido político ni ninguna hueste… Yo estoy aquí por un asunto de conciencia para poder decir a mis alumnos y ver a mis hijas de frente y decirles que se vale hacer un mea culpa, una fe de erratas. Quiero hacer una reconciliación conmigo mismo, con mi conciencia, que es lo más importante. Quiero recuperar esa parte de ética, crítica y resarcir mi propia conciencia.10

Aviador del IMSS

El 27 de agosto de 2021, el “reportero independiente” Julio C. Roa divulgó que Ricardo Sevilla, que se ostentaba como “Coordinador de Investigaciones Especiales de Regeneración”, el órgano oficial de Morena, no solo tenía ese empleo, sino también figuraba como Jefe de División en el IMSS, con un sueldo de 62 mil pesos mensuales11.

Dicho cargo lo había recibido en enero de 2020, luego de muchos años de trabajar en el mismo organismo primero, ganando menos de dos mil pesos y después, ganando poco más de cinco mil pesos al mes. Ello, a menos de un año de destapar la “Operación Berlín”.

Cabe señalar que en ese entonces Julio C. Roa navegaba con bandera de crítico hacia la administración de AMLO y que posteriormente, se convirtió en un youtuber oficialista más.

Para entonces, ya era de sobra conocido el papel que Sevilla había jugado en la “Operación Berlín”. En sus redes sociales, él mismo difundía su colaboración en Regeneración y también en Polemón, pero no afirmaba nada de trabajar en el IMSS.

Roa difundió que en la ficha curricular de Sevilla como funcionario del IMSS no estaba asentado su trabajo en Regeneración ni en Polemón. En cambio, decía que de 2016 a 2018, había sido “asesor de la Editorial Clío” de Enrique Krauze y asegura que él manejaba las redes sociales del historiador.

Sin embargo, se recordará que el propio Sevilla dijo que en el periodo de 2016 a 2018 fue cuando trabajó en la supuesta “estrategia antilopezobradorista”.

Es importante puntualizar que Sevilla no podría estar desempeñando labores de director de investigaciones o de estratega político al mismo tiempo que cumplía con sus deberes de empleado del IMSS, por la sencilla razón de que todos esos trabajos requieren dedicación de tiempo completo.

La conclusión obvia es que la plaza de “jefe” en el IMSS fue un premio concedido por el obradorismo luego de sus servicios como supuesto delator de la imaginaria “Operación Berlín”. Abona a esta conclusión el saber que antes de revelar el “complot”, Sevilla ya trabajaba en el IMSS, pero con un sueldo de menos de seis mil pesos mensuales.

La revelación de Roa fue un escándalo. El gobierno fue acusado de premiar a sus aplaudidores. Tres días después, fue “despedido”.

El 30 de septiembre de 2021, Sevilla, en lugar de estar en su puesto de trabajo como Jefe de División en el IMSS, estaba en la mañanera reporteando para Regeneración.

Aquí, cuestionó a AMLO por qué en el Canal Once se seguía dando espacio a “enemigos y calumniadores de este gobierno, reacios a la transformación y varios de ellos, aliados estratégicos de Claudio X. González”. Ello, en referencia a los analistas del programa Primer Plano (…) ya no debaten, señor presidente, ya lo llaman pendejo”, provocó.12

Ese mismo día, mediante su perfil en Twitter, Sevilla comunicó que lo habían mandado llamar del IMSS para pedirle su renuncia. Culpó al director del organismo, Zoé Robledo.

“No puedo quedarme callado. Hoy, un par de horas después de mi participación en la Conferencia Mañanera, me llamaron del IMSS y luego de 20 años de trabajar en esta institución solicitaron mi renuncia. ¿El motivo? No me lo supieron explicar. Y yo tampoco entiendo”.

Este tuit, del que hay registro en medios de comunicación, fue borrado de la cuenta de Sevilla.

En junio de 2022, Sevilla le escribió a Zoé Robledo para reclamarle, nuevamente, haberlo obligado a renunciar: “¿Y cuándo responderás por qué exigiste mi renuncia cuando fui a la Conferencia Mañanera? @LuisaObrador me dijo que tú se lo ordenaste. Y me recogió el teléfono celular. Pero mi demanda está en curso. Y eso a los chiapanecos no les gustará. ¿Porque quieres ser gobernador, no?”13.

No es posible saber si esta renuncia fue una escenificación más de Sevilla o un caso más del rechazo que provoca en todos lados donde labora. Lo cierto es que sigue medrando en los diversos medios oficialistas, cumpliendo a cabalidad su labor de sirviente del poder.

Golpear por consigna

De la pequeñez ética, moral y personal del Pulgarcito Sevilla hay huellas abundantes por toda la web. Suele exhibir de manera sucia y deleznable a toda persona que incurra en su desagrado, como hizo con la senadora afrofeminista María Celeste Sánchez, a quien, sin mencionar por su nombre, buscó humillar públicamente contando “el chismecito” de que tuvo el atrevimiento de pedirle que “la borre de mi lista de difusión”. Agrega que ella “escribe en Pájaro Político… pena debería de darle”14. Él, en tanto, qué orgullo, colabora en Sin Censura y en el repulsivo Diario Basta!

Sevilla no suele concluir sus relaciones laborales en buenos términos; esto no sólo aplica al equipo con el que trabajó durante 18 meses en la llamada “Operación Berlín”, sino en otros medios en los que participó, como Excélsior y La Razón. Hoy literalmente arremete en contra de todos ellos, y lo hace con una vulgaridad innecesaria, evidenciando un gran resentimiento; también lo hace en contra quienes AMLO fustiga desde Palacio Nacional o los que expresan cualquier crítica a la presente administración.

Por ejemplo, en Excélsior colaboró en dos épocas distintas: la primera en 2001, en la que participó semanalmente en el suplemento cultural Arena, y posteriormente entre 2014 y marzo de 2016. En aquel entonces no explicó por qué dejó el diario. Lo hizo cuatro años después, a través de Twitter: Sevilla aprovechó una denuncia que hizo el director del periódico, Pascal Beltrán del Río, sobre la persecución que se hace desde el poder en contra de los periodistas, para dejar salir su odio contra este medio de comunicación y su director.

“Recuerdas Pascal Beltrán del Río el acoso y la persecución que sufrimos muchos periodistas, editores, fotógrafos y diseñadores de parte de Fabiola Guarneros en Excélsior? Te lo dijimos y te valió madre. ¿Perseguido por López Obrador? ¡Hipócrita! Atento, en estos días te paso el video”, escribió el 23 de abril de 2020.15

Sin embargo, en los días posteriores a este mensaje no hubo, ni en sus redes sociales ni en los medios donde participa, registro alguno del video con el que, según él, demostraría los malos tratos que (supuestamente) le prodigaron en Excélsior.

El 8 de febrero de 2023 publicó un hilo de tuits en los que muestra la pervivencia de su cólera. Aseguró que un grupo de periodistas de este diario y Grupo Imagen Multimedia le entregó documentos que prueban, según él, los cobros que recibían por hacer campañas “a modo” en los gobiernos de Enrique Peña Nieto a nivel federal, de Miguel Ángel Mancera en la Ciudad de México, así como en el Senado de la República.

“Hoy, un grupo de periodistas indignados con la hipocresía que impera en Imagen Televisión y en Excélsior, me citaron justo en frente de Av. Universidad 2014, para entregarme documentos que avalan que esa empresa ‘periodística’ cobra bien por ‘hacer campañas a modo’”, señaló en el primer mensaje.16

En los tuits siguientes muestra imágenes de las facturas, que no son más que contratos de publicidad oficial que, en efecto, esos medios recibieron de las instancias mencionadas. Sin embargo, cabe aclarar que se trata de información pública y disponible en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) desde hace mucho tiempo. No fue ninguna gran revelación, pero eso no le importó: el histrionismo y la espectacularidad, que mucho le gustan, corrieron en abundancia.

De La Razón Sevilla tampoco tiene buenos recuerdos. Según un reporte que el sitio digital Eje Central realizó sobre su trayectoria profesional en junio de 2021, dijo lo siguiente: “Cuando en La Razón quisieron imponerme un tema en la sección que coordinaba, renuncié. Cuando la subdirectora de Excélsior, Fabiola Guarneros, me pendejeó, la mandé al carajo a ella y a Beltrán del Río. Tengo una dignidad que estos cobardes jamás podrán disputarme ni pisotear”.17

En su participación en el canal Sin Censura, de Vicente Serrano, el 27 de diciembre de 2022, dio otra demostración de su odio contra La Razón. Tras recordar, en tono despectivo, que el diario fue dirigido por Pablo Hiriart y Rubén Cortés —como si ello fuera un crimen—, acusó que “fuentes anónimas” le mandaron información de que el rotativo recibió contratos de Liconsa por 3 millones de pesos por parte del gobierno de Peña Nieto para la campaña institucional “Liconsa, la leche que fortalece México”. El contrato, señaló con un dejo de sospecha, fue adjudicado unos días antes de que acabara el sexenio.18

Sí, de nuevo Sevilla recurrió al jueguito de fingir una revelación donde nunca la hubo. Los contratos en cuestión están y siempre estuvieron disponibles en la PNT y en los archivos de la Secretaría de la Función Pública. ¿Cuál era la novedad?

Al revisarlos se puede constatar que La Razón no fue el único medio que facturó publicidad para tal campaña en el último mes del sexenio peñista: La Jornada facturó 3 millones de pesos y El Universal casi 7 millones, entre muchos otros medios. Pero, obviamente, a Sevilla no le animaba ningún afán informativo, sino un mezquino deseo de desquite. Para colmo, achacó a La Razón un supuesto enojo con la “cuarta transformación” porque les quitaron los contratos millonarios y argumentos por el estilo, los que miles de veces han lanzado AMLO y sus voceros.

Sevilla también tuvo un paso efímero por las páginas de Letras Libres, revista dirigida por Krauze, pero, como ya se dijo, toda relación con el historiador y su equipo cercano quedó rota a partir de esos (supuestos) 18 meses de la trama de la “Operación Berlín”, en la que la participación del historiador nunca pudo probarse. Para hablar mal de él, Sevilla sacó a relucir (en otro video para Sin Censura) la historia del desencuentro de Krauze con Carlos Fuentes, cuando éste lo llamó “cucaracha ambiciosa”. Sevilla, con experiencia en el medio cultural, seguramente conocía este asunto desde hace mucho tiempo, y aun así habría aceptado trabajar para Krauze, aunque después se hubiera arrepentido (los condicionales no son responsabilidad de la autora de este ensayo, sino resultado de los testimonios de este personaje). En dicho video Sevilla llama a Krauze “personaje chatarra”, “engendro” y otros epítetos, además de replicar la mentira dicha muchas veces por AMLO de que las empresas del historiador estuvieron involucradas en los contenidos de los libros de texto en los gobiernos anteriores. En resumen, su fin era sólo dejar escapar su odio contra Krauze a través de mentiras.19

Más recientemente, el 19 de julio de 2023, Sin Censura presentó con bombo y platillo una “investigación especial” de Sevilla donde acusa que Krauze recibió en 2018 un contrato de 2 millones de pesos por parte del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) por un “videíto”. Esta fue otra simulación de una falsa primicia: es un contrato disponible en la PNT y en el portal del IECM, que no se adjudicó a Krauze sino a Editorial Clío para la producción de un documental sobre el derecho al voto. De paso, Sevilla aprovechó la ocasión para vomitar sus fobias contra José Woldenberg, Lorenzo Córdova y otras personalidades que aparecen en dicho material, de cuya difusión dieron cuenta los medios desde 2018.20

Como ya se expuso, en 2019 Aristegui le dio a Sevilla amplios espacios en su portal y programa de noticias para esparcir su versión de la “Operación Berlín”, y ella convalidó aquella (supuesta) conspiración contra AMLO. Todavía en mayo de 2020, en un tuit, el escritor se expresaba bien de la periodista y la defendía de los ataques que empezaba a recibir de partidarios del oficialismo: “Aristegui ha publicado, entre otros grandes y valientes reportajes, ‘La Casa Blanca de Peña Nieto’; ´Peña Nieto, de plagiador a presidente’ y ‘Krauze operó contra AMLO. Testimonio sobre la insidia’; y ustedes la llaman vendida. No cabe duda que son unos imbéciles”.21 Pero, como pasó con todos los farsantes, de buenas a primeras, su opinión sobre ella cambió radicalmente, casualmente, al mismo tiempo de que AMLO arreció sus ataques contra la conductora.

En el último año, Sevilla ha arremetido contra Aristegui en por lo menos seis ocasiones, tanto en sus colaboraciones para Sin Censura como en sus redes sociales y en sus columnas del Diario Basta!, propiedad de los hermanos Cantón Zetina (de los mayores beneficiarios de la publicidad oficial en el presente sexenio, lo que Sevilla obviamente no denuncia).

En uno de sus videos, del 25 de mayo de 2023, se refirió a la periodista como un “personaje carroñero” porque, según él, “se cuelga” de trabajos que se hacen en otros medios de comunicación para darles visibilidad en su espacio con el fin de ganar rating y hacer creer a la audiencia que las investigaciones son propias.22

Sevilla miente: los reportajes de Proceso, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Quinto Elemento Lab y Animal Político, entre otros medios y organizaciones que Aristegui ha compartido en su plataforma, han recibido el crédito correspondiente. Por otra parte, también con esta periodista Sevilla incurrió en el maniqueísmo de presentar como negocios turbios los contratos de publicidad oficial que ha recibido de instituciones como la UNAM y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).23

Incapaz de plantear sus críticas y disensos de forma civilizada, Sevilla recurre invariablemente al insulto y al denuesto, convencido de que así debe ser el periodismo “crítico”. Es así que el director de etcétera, Marco Levario Turcott, también ha sido objeto de sus ataques, como lo hizo a través de su colaboración para Sin Censura el 8 de enero de 2023 para cuestionar la postura del periodista respecto a las descalificaciones que AMLO hizo días antes del escritor Guillermo Sheridan, luego de que este documentara que la ministra de la SCJN, Yasmín Esquivel, plagió su tesis de licenciatura.

Para Levario, el Ejecutivo estaba poniendo en riesgo a Sheridan, a juzgar por los ataques que recibió en las redes sociales luego de la retahíla presidencial, que llevaron al profesor universitario a pedir protección del Estado. En tono vulgar, Sevilla se refirió al director de etcétera como “el individuo que quiere cargarle la maleta a Krauze, Sheridan y Alejandro Rossi, para que lo pelen”, y lo calificó como “estúpido” por, según él, “hacerle el caldo gordo” a Sheridan en sus denuncias.24 El desprecio de Levario a posturas como esas se manifestó en ignorarlas.

Los datos no tan duros

Después de sus relaciones laborales tormentosas con medios tradicionales que, según él, no estuvieron a su altura, en el presente sexenio Sevilla encontró refugio en medios digitales afines al lopezobradorismo, donde se ha movido como pez en el agua: primero pasó por Regeneración MX y Polemón, para luego colaborar en el canal Sin Censura, del youtuber Vicente Serrano, también conocido por su vulgaridad.

Todos ellos son órganos de propaganda del actual gobierno, plataformas de los farsantes. En ellos se ejerce un remedo de periodismo dirigido contra los adversarios de la “4T”, donde prevalecen adjetivos, diatribas y juicios de valor. Además, Sevilla creó el canal de YouTube Los Datos Duros, que se complementa con el portal Paralelo 24, mencionado arriba. Asimismo, colabora semanalmente en los periódicos Diario Basta! y ContraRéplica; el primero, abiertamente lopezobradorista, y el segundo con una línea editorial acomodaticia.

A través de estos canales de comunicación Sevilla ha publicado diversas piezas que presume como investigaciones especiales, en las que el rasgo distintivo, dice, son “los datos duros”.

Pero, una revisión a varios de sus trabajos demuestra que esos tales datos duros no existen. En el mejor de los casos, se presentan a medias. ¿Qué quiere decir esto? Que aun cuando el autor presenta documentos auténticos, disponibles la mayoría de ellos en la PNT o en portales de transparencia, los tuerce de manera maniquea y mentirosa, acorde con la narrativa que se esgrime desde Palacio Nacional contra los enemigos, reales o imaginarios, de la “4T”.

Los “datos duros” que Sevilla presenta jamás arrojan luces sobre las supuestas anomalías que dice denunciar. De hecho, el mayor “soporte” de sus denuncias son un variopinto abanico de “testimonios anónimos” movidos por resentimientos, filias y fobias políticas.

Desde el año pasado, en una curiosa sincronía con la Presidencia de la República, Sevilla ha emprendido una campaña contra la UNAM y su rector, Enrique Graue, a quienes ha querido acusar de diferentes actos de corrupción, sin poderlos demostrar. Sin datos duros. Sin eso de lo que tanto se ufana.

Esa carencia no la suple su lenguaje estridente, pletórico de insinuaciones y afirmaciones maliciosas. Presenta sus investigaciones ante el “público memorioso” —así es como se dirige a sus audiencias— pero ante la ausencia del dato, su trabajo es indefendible. Aun así, nunca falta el ignorante o fanático que le aplaude, encontrando en su “trabajo” valores inexistentes y hasta llamándolo “auténtico periodista”. Lo que hay que ver.

El 27 de abril de 2023 el columnista de El Universal, Mario Maldonado, dio la primicia de que, de acuerdo con documentos de una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera a la que tuvo acceso, Graue ha efectuado gastos por casi 80 millones de pesos desde su primer periodo al frente de la casa de estudios, que inició en 2015; asimismo, indicó que entre 2015 y 2020 el rector realizó 463 viajes internacionales, uno cada cinco días, la gran mayoría injustificables como parte de su actividad académica. Según el columnista, Graue cubrió la mayor parte de esos gastos con su tarjeta American Express. Maldonado contextualiza esta revelación en medio del diferendo entre la rectoría de la UNAM con la ministra de la SCJN, Yasmín Esquivel, por el escándalo del plagio de su tesis de licenciatura.

Sevilla difundió horas más tarde la misma información, pero sin reconocer a Maldonado como el autor de la exclusiva. Nada más aseguró que se la hicieron llegar. Aunque la mayoría de las notas de prensa que divulgaron la noticia tomaron como fuente a Maldonado, el pequeño Sevilla presumió en las redes sociales ser el denunciante de la presunta corrupción del rector, replicando, punto por punto, la información de Maldonado sin aportar ni un solo dato original.

Graue fue cuestionado sobre el tema al día siguiente, cuando acudió a la Cámara de Diputados a entregar los informes de la Cuenta Pública de la UNAM; negó las acusaciones y, en clara alusión a Maldonado, dijo que analizaría demandar al columnista que las formuló.

Orondo y pagado de sí mismo, Sevilla, con el protagonismo que lo caracteriza, se puso el saco y, tanto en sus redes como en YouTube, dijo sentirse “amenazado” por el rector. Días después se quejó de que recibió un mandato judicial para que no hablara más de la UNAM. Un documento que jamás mostró, así como no demostró jamás la existencia de la demencial “Operación Berlín”.

En su columna del 6 de julio de 2023 en Diario Basta! y posteriormente en Sin Censura, en u propio canal y en sus redes sociales, Sevilla aseguró que el INE le pagó a la UNAM un contrato por 30 millones de pesos para realizar trabajos de monitoreo del proceso electoral 2020-2021 a través de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, los cuales, dijo, nunca se realizaron. El “dato duro” que mostró para su aseveración fue el contrato respectivo entre ambas instituciones, disponible en los portales del INE y la PNT. Su acusación de que Lorenzo Córdova y Graue “se transaron” el dinero no tiene más sustento que presuntos testimonios de estudiantes y docentes que “lo buscaron” para hacer la denuncia. Una tontería, pues.

“En la máxima casa de estudios, que cada vez está más lacerada, nos aseguran que el rector Enrique Graue y Lorencito simularon labores que jamás se realizaron para meterse dinero a su bolsa”, escribió Sevilla.25 Mintió: en el portal del INE está disponible el monitoreo correspondiente al proceso electoral 2020-2021 y puede consultarse en la siguiente liga: https://monitoreo2021.ine.mx/inicio. Además, en la parte superior izquierda aparecen los logotipos del INE y de la UNAM como las instituciones que dan fe de ese trabajo que sí se llevó a cabo.

Sevilla, obedeciendo la pauta que se marca desde Palacio Nacional, el 26 de julio de 2023 habló de los medios que (supuestamente) conspiran contra el presidente, por lo que habrían recibido muchos millones del gobierno de Peña Nieto.

En un hilo de tuits donde se ufanó de su “investigación especial”, dio los nombres de varios medios que recibieron contratos de publicidad de parte del IMSS en la gestión de Mikel Arriola, exfuncionario en la mira de la “4T” por el asunto de los elevadores en los hospitales de la institución. “Chayoteros desvalijaron al IMSS”, despotricó, y con dedo flamígero fustigó a los (supuestos) beneficiarios de esos contratos millonarios: Reforma, El Universal, Televisa, Excélsior, Milenio, Joaquín López-Dóriga y Carmen Aristegui, a quien puso como propietaria de Demos Desarrollo de Medios, que es la razón social de La Jornada. Luego de dar santo y seña de los montos y personas firmantes de los contratos, disponibles en la PNT, remató así, supuestamente citando a “una de nuestras fuentes”: “Así es como estos pasquines trabajan: vendiéndose al mejor postor. No son periodistas. Y la gente debería saberlo para que no creyera en sus campañitas de desprestigio. Son, en el más estricto sentido, unos sicarios de la pluma que venden su escasa dignidad”.26

Nuevamente, con su estratagema de vender como primicia una información que es pública, Sevilla se fía, además, de fuentes mentirosas, pues estas no le aclararon que Demos Desarrollo de Medios es la razón social de La Jornada, que nada tiene que ver con Aristegui. Tampoco le pasaron la información completa: en su hilo menciona que esta empresa recibió 3 millones 879 mil 310 pesos entre 2017 y 2018, cuando es tan sólo una mínima parte. En total, La Jornada facturó al IMSS casi 60 millones en 2017 y 24 en 2018. Esos datos realmente duros no se los dieron.

A propósito del IMSS y Sevilla, hay datos duros que él no reveló, sino otros, como Eje Central. A la par de su carrera periodística, Sevilla ocupó desde 1998 una plaza técnica operativa en el instituto, donde cobró un salario de poco más de cinco mil pesos. Pero desde 2020, ya en el gobierno de la “4T”, pasó a tener una plaza de confianza con un sueldo bruto de más de 62 mil pesos mensuales, encargo que concluyó en octubre de 2021.

Según Sevilla, lo obligaron a renunciar por haber hablado de más en la mañanera del 30 de septiembre de aquel año. En esa ocasión, le dieron la palabra para preguntarle al presidente por qué seguía permitiendo que en los canales públicos trabajaran comunicadores “enemigos de la 4T” que incluso lo han “pendejeado”, como María Amparo Casar, Ricardo Raphael y Leonardo Curzio, entre otros. Luego de dar a conocer su despido en sus redes sociales, al interactuar con algunos usuarios insinuó que Zoé Robledo lo mandó correr. Sin embargo, Eje Central citó fuentes del IMSS que negaron tal versión.27

Después de aquel acto de contrición que hizo con Aristegui, donde confesó haber participado en una “conspiración” contra AMLO y su promesa de reivindicarse, Sevilla ha hecho todo por congraciarse con la “4T”, como replicar la retórica presidencial al pie de la letra. De ahí que su columna en Diario Basta! se titule “Arreando el elefante”28, una frase muy socorrida por el presidente; también publicita los “logros” del gobierno y compra todos y cada uno de los pleitos del mandatario con sus adversarios, reales y ficticios.

Si el presidente ataca al INE, a la UNAM, a Carlos Loret, a Xóchitl Gálvez o a quien sea, en automático Sevilla hace lo mismo: de la manga se saca “investigaciones especiales” a las que les da un tinte de verosimilitud con documentos que en su mayoría son públicos, pero que no prueban las lapidarias acusaciones que lanza.

Sintiéndose realmente un soldado de la “4T”, sus espacios mediáticos parecen darle una licencia para calumniar, insultar y manipular. De los “datos duros” que le vende a sus audiencias, sólo da los que le convienen. Lo demás, es de oídas; es decir, un fraude.

En eso acabó el poeta, ese aspirante a “ogro de las letras” que quería ser un “escritor inconveniente”. No fue ogro, sino Pulgarcito. No es inconveniente, sino de conveniencia. Peor aún: ni siquiera es escritor. Es un sirviente.



REFERENCIAS

1 Omar Nieto, “Ricardo Sevilla, Álbum de fatigas”, Cuadrivio Ediciones, abril de 2014, https://tinyurl.com/4r3bse2n

2 Iván Cruz, “Reportero que llamó ‘pendejo’ a AMLO denuncia que fue despedido del IMSS”, Data Noticias, 30 de septiembre de 2021,https://tinyurl.com/3bwyetby

3 https://paralelo24.com/

4 “Omar Nieto”, Enciclopedia de la literatura en México, https://tinyurl.com/2p9cpfcb

5 Twitter, 25 de agosto de 2023, https://tinyurl.com/ysp9x3ae

6 Juan Carlos Rodríguez, “Operación Berlín: Conjura Anti AMLO”, Eje Central, 14 de marzo de 2019, http://bitly.ws/PsEG

7 Tatiana Clouthier, Juntos hicimos historia, México, Grijalbo, 2019, p. 161.

8 Ricardo Sevilla, Krauze operó contra AMLO: testimonio desde la insidia”, Aristegui Noticias, 17 de marzo de 2019, http://bitly.ws/PsG6

9 Ídem.

10 “Entrevista con Ricardo Sevilla”, Aristegui Noticias, YouTube, 17 de marzo de 2019, http://bitly.ws/PsHB

11 “Ricardo Sevilla, coordinador de Regeneración, en la nómina del IMSS”, etcétera, 27 de agosto de 2021, https://tinyurl.com/5ec6fpds

12Ver referencia 2.

13 Twitter, https://tinyurl.com/4vmysu62

14 Twitter, 25 de agosto de 2023, https://tinyurl.com/akc64f75

15 23 de abril de 2020, http://bitly.ws/PsHX

16 8 de febrero de 2023, http://bitly.ws/PsID

17 “Ricardo Sevilla, el tejedor de propaganda”, Redacción, Eje Central, 21 de octubre de 2021, http://bitly.ws/PsJn

18 “¿Por qué están tan enojados en La Razón?”, Sin Censura Media, YouTube, 27 de diciembre de 2022, http://bitly.ws/PsJu

19 “Desnuda Ricardo Sevilla a Enrique Krauze”, Sin Censura TV, YouTube, 6 de julio de2023, http://bitly.ws/PsKg

20 “Paga IECM 2 millones a Krauze por video pedorro”, Sin Censura TV, YouTube, 19 de julio de 2023, http://bitly.ws/PsKu

21 20 de mayo de 2020, http://bitly.ws/PsKB

22 “Aristegui no es periodista, sino un personaje carroñero”, Sin Censura TV, YouTube, 25 de mayo de 2023, http://bitly.ws/PsL8

23 Ricardo Sevilla, “Aristegui y sus negocios con la UNAM y la SCJN”, Diario Basta!, 10 de marzo de 2023, http://bitly.ws/PsLe

24 “Ricardo Sevilla tundió a Marco Levario”, Sin Censura TV, YouTube, 8 de enero de 2023, http://bitly.ws/PxHY

25 “Lorenzo y Graue se volaron 30 millones”, Diario Basta!, 6 de julio de 2023, http://bitly.ws/PsMf

26 26 de julio de 2023, http://bitly.ws/PsMZ

27 “Ricardo Sevilla, el tejedor de propaganda”, Eje Central, 21 de octubre de 2021, http://bitly.ws/PsJn

28 “Arreando el elefante” también tiene como colaboradora a Ana María Vázquez, quien igualmente defiende a la 4T y se presenta como “escritora, dramaturga, novelista”.

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