Benditas palabras que vuelan
Nací en una generación que tuvo la mala suerte de caer en manos de cenizos y aguafiestas. Puede que fueran las malas digestiones de 40 años de dictadura moribunda, puede también que fuera la mala bilis genética del español circunspecto y malencarado. De todo aquel pesimismo instalado en el destino