Príncipes y princesas
Cada tercer día era la cita, se veían exactamente a la hora convenida. Mariana siempre tenía un nudo en el estómago cuando veía el punto
Cada tercer día era la cita, se veían exactamente a la hora convenida. Mariana siempre tenía un nudo en el estómago cuando veía el punto
Mi cuerpo yace tendido junto a un arroyo; hay demasiada vegetación, flores, hierba. El agua me atraviesa, moja mis muslos, la tierra se amolda a
Soledad vivía sola. Siempre le agradó la sensación de no tener a nadie cerca. Eran ella, sus hábitos, horarios y su territorio convertido en fortaleza.
Natalio vivía desde hace años en una casa muy grande. Todos los días eran iguales al frío que lo hacía acurrucarse y abrazarse a sí
Viernes por la tarde, caluroso con un viento que agita los árboles. Julio caminaba a su casa, quizá el tedio de los eternos reclamos de
La vida no trae instructivo. No contamos con los obstáculos o los cambios en el camino. Aún así, ¿alguna vez han tenido un sueño? Conocí
Larry Mont era el apodo de Eleuterio Montealbán, un hombre repulsivo. Alto, de piel blanca, nariz an-cha, labios gruesos y resecos, mirada lasciva. Vestía, eso
Era una tarde cálida. Una chiquilla vestida de azul jugaba sola en la calle, corría de un lado a otro con los brazos extendidos y
Estoy sentada en la jardinera. Frente a mí juegan unos niños. Me recuerdo a su edad, vestida de muñeca, blanca palomita con voz estridente que
Es la ley del barrio uno tres, lo que vivo a diario, como ves, andamos bien locos sondeados, cholas y cholos puros mexicanos. Se raparon