Creo que por fin,
he hallado el prisma perdido;
tantas veces confundido
en pigmentos
de un espectro anterior,
permito su color
tome por asalto
cada fibra de
la figura física
a la que pertenezco,
que los huesos
abandonen el cyan
y los invada el magenta,
siento el prisma
trascender sobre la piel,
expandiendo el alma.