Soñé que regresaban los baños solares
de un mes de abril;
la temporada de huracanes ha
empañado ya,
todo rastro de que alguna vez existieron,
por más que las busco,
solo encuentro el recuerdo de lirio exiliado;
y le suplico a su silencio
termine de arrebatarme las mañanas;
aunque todas las tardes
me siento a esperar su regreso frente
al muelle,
sé que nunca más habrán de volver,
pero las espero,
porque la piel se puntúa al delirar
el andar impasible;
porque la imposibilidad me trae paciencia,
porque la espera retiene el silencio
y la realidad.