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Hay una ofensiva mediática y política contra el Frente Ciudadano por México, y sus resortes provienen del oficialismo hasta los operadores de Morena, por eso el pasado fin de semana asistimos al anuncio de su fractura definitiva, incluso con evidentes distorsiones informativas. Es la cargada contra el Frente. Pero no, el Frente va y, aún con tropiezos como ocurre en todos los partidos, se está configurando como un actor relevante. Algunos de sus críticos dicen que su intención solo es electorera, como si la intención del PRI o Morena al descalificar al Frente no lo fuera -como si ambos partidos tuvieran un programa serio-, o como si esos mismos partidos no tuvieran en la mira a las urnas, sobre todo. El tema es más complicado que eso y remite a los significados, el Frente es la posibilidad de consolidar la democracia por encima de la arbitrariedad priista o, en otra derivación priista desde Morena, por encima de que un solo hombre se erija en la voluntad del pueblo. Pero más allá de la opinión que cada uno de nosotros tengamos, insisto: la campaña mediática y política contra el Frente, al menos el día de hoy, fracasó, y es que ha estado llena de mentiras y proclamas.