Vaya homilía la que se aventó este martes López Obrador:
-Dice: “Sí, yo he polarizado a la nación, lo reconozco, porque estoy en contra de los corruptos y de la simulación y quiero que no haya simulación en el país y que se respeten los derechos humanos”.
Falso, ha polarizado al país porque no acepta una visión distinta a la suya.
-Respecto a la suspensión de obras en Santa Lucía ordenada por un Tribunal señala que “respetarán la orden” pero que aún no empiezan las obras, y enseguida no pierde oportunidad para asegurar que se trata de un proyecto que “molesta mucho a los conservadores” porque les quitamos el negocio.
Ah, y que hay supuestos drones que los espían.
-Sobre la medida de los uniformes escolares neutros en la CDMX responde que no se va a manifestar al respecto porque son temas muy polémicos.
Mentira, lo que pasa es que es un conservador con apariencia de liberal.
-Confirma que no va a la cumbre del G20, pero que hará un “gran aporte”: una cartita que enviará con Ebrard y Urzúa para decirles a los mandatarios del mundo que hay que reunirse para hablar de la desigualdad.
Falso, no va a la cumbre porque no tiene la estatura para convivir con otros presidentes. Ya antes alegó que “estaba muy ocupado atendiendo los problemas de México”; claro, como encabezar tres o cuatro ceremonias semanales donde aumenta su clientelismo social.
-Dos cosas más: anuncia que revelará lista de cuántos servidores públicos y de qué dependencias solicitan permisos para viajar al extranjero; también deja entrever que podría haber un “quién es quién” entre los columnistas, por aquello de que, según él, antes no se criticaba nada.
No vayan a ustedes a creer que se trata de un nuevo linchamiento.
PD1: Mientras Ebrard dice que hay 80% de probabilidad de “buenos resultados” en negociación con EU por aranceles; Donald Trump no baja la guardia y minutos después desde Londres asegura que lo más probable es que lunes entren en vigor los aranceles a todos los productos mexicanos.
PD2: No se olviden de fondearnos por favor.