En etcétera somos un pequeño equipo el que labora todosl os días para contribuir al intercambio público entre la sociedad. Hoy en día, somos mayoritariamente mujeres las que, en sus distintas áreas, trabajan para que todo el engranaje funcione.
A lo largo de 27 años, además del análisis de los medios de comunicación y el político, hemos enfocado nuestro trabajo en visualizar la inequidad de género, así como la terrible realidad que viven miles de mujeres en México y el mundo ante todas las formas de violencia: física, sexual, feminicida, psicológica, económica.
La crítica al actual y las anteriores administraciones federales y/o estatales ha sido la misma: exigir, nada más pero nada menos, que hagan su trabajo; que se diseñen políticas certeras que atiendan este grave flagelo que sigue en aumento, la violencia contra la mujer.
Sin embargo, como en los últimos meses hemos publicado a través de nuestros diferentes editoriales (escritos y en video), nos encontramos ante un gobierno que no quiere ver la realidad que ustedes o nosotros vivimos.
Estamos ante un gobierno que ante las manifestaciones feministas ve complots, ve manipulación pero no asume su responsabilidad y acepta que en este y otros temas ha errado.
Las estrategias de seguridad no han dado indicios ni pruebas de que sean eficaces, al contrario, los muertos por homicidio doloso y las muertas por feminicidio superan estadísticas históricas.
Frente a la violencia, hombres y mujeres vivimos con miedo, pero las mujeres además, estamos hartas. Estamos lastimadas no sólo de escuchar el nombre de una asesinada más, sino también estamos cansadas ser acosadas, de ser minimizadas o de tener que esperar leyes de equidad para que desde la propia administración pública se nos den espacios en igualdad de condiciones y retribuciones.
Por estas y más razones, los editores de etcétera también decimos sí al #ParoNacionalDeMujeres, porque creemos que es el camino para que se nos vea y se nos escuche, para que el resto del país comprenda lo que significa el trabajo y el aporte que cada una de nosotras hace.
En esta casa editorial las mujeres pueden tomar la decisión que se les dé la gana, yo, como subdirectora de etcétera decidí parar: no haré ninguna de las actividades que cada día emprendo, sin embargo, también decidí convocar a todas nuestras fondeadoras y fondeadores a que vengan a nuestras oficinas y hablemos sobre feminismo, sobre la violencia de género y analicemos desde nuestras propias vidas cómo enfrentamos la violencia machista y qué podemos hacer para participar en el cambio y en la continuación de la exigencia para que los gobiernos actúen.
Claro que no se trata de un día cualquiera, ni de quedarse “tentadas a lavar trastes” como dice la flamante secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, se trata de ser vistas y de ser escuchadas.