Crece 173% el flujo de migrantes en la frontera con Estados Unidos

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La frontera entre México y Estados Unidos vive un aumento del flujo migratorio empujado por los estragos causados por la pandemia de la COVID-19 en la región y la errónea creencia de los migrantes de que el presidente estadounidense, Joe Biden, abrirá las puertas, según especialistas.

En declaraciones a la agencia Xinhua, expertos en flujos migratorios señalaron que en febrero de este año el número de migrantes aumentó hasta en 173% con respecto a febrero de 2020.

Los cruces irregulares de mexicanos y centroamericanos hacia Estados Unidos, incluidas familias y niños que viajan solos, se dispararon en el primer bimestre del año, llevando al nuevo gobierno de Biden a declarar esta semana que la situación en la frontera era “difícil”.

El diplomático mexicano en retiro, Bernardo Méndez Lugo, dijo que el incremento tenía como principal fondo una mayor pobreza causada por la pandemia en México y Centroamérica, tras un año del brote que ha llevado al cierre de negocios y más desocupación en la región.

Un porcentaje importante de las personas que han buscado cruzar la frontera son mexicanos, a diferencia de los últimos años, cuando el crecimiento del flujo era por migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador, expuso Méndez Lugo, director de la fundación América Sin Muros.

“El factor del COVID-19 en la parte de empobrecimiento y falta de oportunidades, la recesión económica, es un factor que ha impulsado a la migración”, afirmó el ex cónsul mexicano.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detuvo a más de 78.000 personas por cruzar irregularmente la frontera en enero y a 100.000 en febrero, cifras 114 % y 173 % mayores, respectivamente, frente a los mismos meses del año pasado.

Casi la mitad de las detenciones en el bimestre correspondió a mexicanos y el resto a migrantes de los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, Guatemala y El Salvador), según los datos de la agencia estadounidense.

A partir quizá de los últimos seis meses se ha observado un incremento del componente mexicano”, planteó Méndez Lugo, quien también es un experto en reinserción laboral y emprendimiento de deportados en México.

El alza de las detenciones se ha ido acercando cada mes al pico de las 144 mil personas de mayo de 2019, durante el gobierno del entonces presidente Donald Trump, que reaccionó amenazando a México con imponer aranceles si no frenaba el tránsito de migrantes por su territorio.

“Estamos en camino de encontrar más individuos en la frontera suroeste de lo que hemos encontrado en los últimos 20 años”, declaró el secretario de Seguridad Interna estadounidense, Alejandro Mayorkas, en un comunicado el pasado martes.

Méndez Lugo expuso que otros factores, como los huracanes que golpearon Centroamérica el año pasado, también contribuían a una mayor migración; sin embargo, subrayó que entre migrantes existía una equivocada expectativa de que la administración del demócrata Biden los admitirá.

El gobierno de Biden, comenzado en enero pasado, dejó a un lado el hostil tono de Trump hacia la migración irregular y ha dicho que impulsará una regularización de migrantes que viven en Estados Unidos, pero es claro que no está dispuesto a beneficiar a recién llegados, afirmó.

“Obviamente no hay una política de apertura”, indicó el diplomático en retiro tras recordar que el mismo martes Biden pidió, en una entrevista televisiva, a los migrantes no dirigirse al país.

El experto previó que la administración de Biden lidiará con la oleada de migrantes a través de un fuerte control de la frontera, aunque sin caer en acciones como el muro promovido por Trump, porque también está enfrentando presión dentro de su país.

México mantendrá los controles migratorios que reforzó desde 2019 para reducir el tránsito de centroamericanos por su territorio, pero en respuesta a la situación económica por la que el país atraviesa, más que a presiones como la ejercida antes por Trump, estimó Méndez Lugo.

La pandemia causó una fuerte recesión económica el año pasado en la región latinoamericana y caribeña, que dejó a 22 millones de nuevos pobres, estimó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un reciente informe.

En el contexto del aumento de la migración hacia Estados Unidos se han registrado desde enero casos trágicos de muertes de migrantes por accidentes o crimen, tanto en territorio mexicano como estadounidense.

A finales de enero, 16 migrantes guatemaltecos murieron calcinados cuando traficantes los transportaban en el estado de Tamaulipas, mientras que 10 mexicanos fallecieron tras un choque del vehículo que los internó irregularmente en California a inicios de marzo.

El Instituto Nacional de Migración ha reportado algunos casos de migrantes ahogados al intentar cruzar el río Bravo que separa los dos países, entre ellos un niño hondureño de 8 años que murió a mediados de febrero porque lo arrastró la corriente.

El profesor investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Rodolfo García Zamora, apuntó que otra causa del crecimiento de la migración es que la recuperación del mercado laboral estadounidense está atrayendo a migrantes que buscan emplearse en el campo o servicios.

“No cabe duda de que es un elemento que también tiene su impacto positivo de atracción cuando en las comunidades de Honduras, Guatemala y El Salvador saben que sus familiares tienen trabajo”.

García Zamora descartó que la política migratoria de Biden sea la causa de la llegada de migrantes a la frontera, como acusaron esta semana algunos congresistas republicanos, en lo que fue una primera confrontación por el tema migratorio con la administración demócrata.

“¿Qué significa que en febrero hayan llegado 100.000 migrantes indocumentados a la frontera de Estados Unidos?  En la práctica, lo que nos dice es que de manera irregular el circuito migratorio entre Centroamérica, México y Estados Unidos sigue funcionando”, añadió el experto.


Luis Brito/ Agencia Xinhua

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