El senador republicano Marco Rubio señaló el pasado fin de semana que "desgraciadamente, la muerte del líder de la Revolución Cubana Fidel Castro no significa libertad para los cubanos", ni justicia para los opositores.
"El dictador ha muerto, pero la dictadura no", manifestó en un comunicado el legislador cubano-estadounidense.
Rubio, de padres cubanos pero nacido en Miami, rechazó, además, las palabras del presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, quien al enterarse de la muerte del isleño, dijo que “la historia juzgará su impacto”. De esta manera, para el senador, la "historia no absolverá a Fidel Castro" y que, por el contrario, "lo recordará como un diabólico, un asesino dictador que infligió miseria y sufrimiento en su propia gente".
Sobre la posibilidad de que su muerte produzca algún cambio en Cuba, Rubio se mostró escéptico y afirmó que la isla "ha estado funcionando sin Fidel desde hace 10 años". Más tarde agregó: "Nada va a cambiar", tras resaltar que Raúl Castro, presidente y hermano de Fidel se ha "estado preparando desde hace tiempo para este momento".
El político pidió a Donald Trump, presidente electo de los estadounidenses, que se mantengan al lado de la oposición cubana y que cumpla con su promesa electoral de revisar el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas que ambos países iniciaron en diciembre de 2014.
(Con información de EFE)
cdr
