Tras una jornada de graves disturbios y presencia militar en la capital, Harare, esta madrugada, el ejército de Zimbabue tomó el control del principal medio de comunicación oficialista ZBC para dirigirse a la nación y asegurarles que no se está desarrollando un golpe de Estado en el país y que el Presidente Robert Mugabe y su esposa Grace se encuentran “sanos y salvos”.
De acuerdo con la versión ofrecida por la cúpula militar, el objetivo son “los criminales” que rodean a Mugabe y no el mandatario, cuya seguridad “está garantizada. Tan pronto como hayamos cumplido nuestra misión, esperamos que nuestra situación regrese a la normalidad”, señaló el portavoz del Ejército.
Por su parte, Jacob Zuma, presidente de Sudáfrica, confirmó después que sostuvo una llamada con el presidente de Zimbabue y que éste le dijo que estaba confinado en su casa, pero que se encontraba bien.
Durante la noche, se escucharon al menos tres explosiones en la capital de Zimbabue y se vieron vehículos militares en las calles. Esta acción del ejército ocurrió un día después de que el jefe de las fuerzas armadas, Constantine Chiwenga, amenazó con tomar “medidas correctivas” si continuaba la purga de veteranos en el partido y no se calmaban las tensiones políticas sobre el posible sucesor del actual presidente. El partido gobernante acusó al comandante de “conducta traidora”.
El canal de televisión sudafricano News24 informó que el mandatario está preparando su dimisión mientras negocia para que su mujer salga del país. De igual manera, el diario independiente NewsDay aseguró que tres ministros del Gobierno fueron detenidos hoy por los militares. Después de sendas redadas militares en sus residencias, los soldados arrestaron al ministro de Finanzas, Ignatius Chombo; al titular de Educación Superior, Jonathan Moyo; y al del Gobierno Local, Obras Públicas y Vivienda, Saviour Kasukuwere.
Los tres formaban parte del grupo conocido como G40, una facción del partido que, según expertos, busca expulsar a los veteranos de la guerra de independencia, como el vicepresidente Emmerson Mnangagwa, destituido la semana pasada por allanar el camino de la primera dama hacia el poder.
En cuanto al Movimiento para el Cambio Democrático (MCD), principal partido de oposición, desmintió a sus rivales del ZANU-PF, asegurando que sí se trata de un golpe de Estado y que el Ejército asumirá el mando del país. “El ZANU-PF está en la etapa de la negación, pero ya no tiene el control”, manifestó Douglas Mwonzora, secretario general del MDC, en una entrevista telefónica con el canal sudafricano ANN7.
Mugabe ha gobernado el país desde su independencia en 1980, pero el presidente ya tiene 93 años de edad y la lucha por ver quién se queda en su lugar ya comenzó.
(Con información de La Vanguardia, Huffington Post y El País)
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