Desde el pasado lunes todos los alumnos de nivel primaria y secundaria en Francia tienen prohibido usar sus smartphones durante clases.
Esta ley responde a una de las promesas de campaña de Emmanuel Macron, y si bien ya había sido adoptada por algunos centros educativos, fue hasta este lunes que entró en vigor en las primarias y secundarias, una vez iniciado el ciclo escolar. Las preparatorias tienen la opción de aplicar o no la medida.
Con sólo dos excepciones: en caso de emergencia o para alumnos discapacitados. El uso de los teléfonos celulares está prohibido durante todo el día, e incluso en los descansos. Tampoco se permite utilizar relojes inteligentes o tabletas electrónicas, a menos que se requieran durante actividades extracurriculares o para “uso pedagógico”.
La ley les permite a los maestros confiscar los teléfonos durante todo el día en caso de que los alumnos desobedezcan la orden.
De acuerdo con los reportes de AP y AFP, la medida tiene el objetivo de combatir el bullying por Internet y evitar los robos y la violencia al interior de las escuelas. Además de evitar la distracción durante clase, mejor la socialización y la actividad física en los patios.
En el país galo, 9 de cada 10 jóvenes de entre 12 y 17 años (86%) ya tienen un teléfono móvil. “En estos días los niños ya no juegan en el recreo, están frente a sus teléfonos inteligentes y desde un punto de vista educativo eso es un problema”, declaró en febrero pasado el ministro de educación Jean-Michel Blanquer.
Los detractores, sin embargo, denunciaron una “operación de comunicación” y una “ley de circunstancias” que “no cambiará nada”. También subrayaron la falta de recursos para su aplicación ya que el gobierno aconseja que los celulares permanezcan en los casilleros de los estudiantes, pero algunas escuelas no tienen.