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Un giro que pocos podían esperar: el nuevo capítulo que Reino Unido abre tras su salida de la Unión Europea (UE) va a incluir un incremento de su arsenal de armas nucleares.

El gobierno de Boris Johnson anunció el martes que ponía fin a 30 años de política de reducción nuclear impulsada desde el fin de la Guerra Fría.

El ejecutivo británico decidió incrementar su arsenal, elevando en más de un 40% el tope de ojivas del programa Trident, que pasará de un máximo de las 180 actuales a 260.

La medida aparece en el documento Global Britain una “Estrategia Integrada de Seguridad, Defensa, Desarrollo y Política Exterior”, una hoja de ruta para guiar el rumbo que pretende ocupar Reino Unido en el mundo en esta nueva etapa hasta el año 2030.

El sentir británico lo resumió su ministro de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, en un discurso el miércoles en un foro sobre políticas de seguridad, donde advirtió de tres tendencias “peligrosas y dominantes”:

“La democracia está en retroceso”.

“La tiranía es más rica que la libertad”.

El orden mundial que salió de la Segunda Guerra Mundial “se está desmoronando”.

Rusia, la “amenaza más grave”

En el documento, las autoridades británicas le ponen nombre y apellidos a ese diagnóstico: “Rusia sigue siendo la amenaza más grave para nuestra seguridad”.

“Reino Unido respeta al pueblo, la historia y la cultura de Rusia. Sin embargo, hasta que mejoren las relaciones con su gobierno, seguiremos respondiendo de forma disuasoria y defendiéndonos frente a todo el espectro de amenazas procedentes de Rusia”, sostiene el informe.

Las relaciones entre Reino Unido y Rusia están en tensión desde que en marzo de 2018 Londres acusó al gobierno de Vladimir Putin de ser el responsable del intento de asesinato del supuesto agente doble Sergei Skripal y de su hija en un ataque con un agente nervioso llamado novichok.

Aun así, no es la única amenaza que describe Reino Unido, que califica de “probable” un ataque terrorista con un agente químico, biológico o nuclear antes de 2030.

Para enfrentarse a tales amenazas, no solo reforzará sus tradicionales alianzas en la OTAN, señala el documento, sino que se realizará “la mayor inversión” en las “fuerzas armadas desde la Guerra Fría”, aseguró Johnson al presentar el documento el martes ante el Parlamento.

Así, el aumento anunciado para el horizontes 2024-25 en defensa sería de 7.000 millones de libras más al año (unos US$9.700 millones).

Estos planes militares y nucleares le han canjeado al gobierno algunas críticas internas y externas.

“Esta revisión estratégica destruye el objetivo de varios primeros ministros anteriores, así como de un continuo esfuerzo bipartidista, de reducir nuestro arsenal nuclear”, acusó a Johnson el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer.

“Estamos ante una política de defensa totalmente desfasada”, señaló el portavoz del Partido Nacional Escocés Stewart McDonald, quien acusó al primer ministro de “violar los compromisos del tratado de no proliferación de armas nucleares [de 1968]”.

Enfado en Argentina

El informe británico puede verse también como una declaración de intenciones sobre las relaciones que quiere llevar con otras regiones, entre ellas América Latina.

Asegura que el país “seguirá desarrollando un sólido conjunto de asociaciones” con la región basadas en valores “democráticos compartidos” y el “interés mutuo”. Y menciona a países como México, Brasil, Chile, Colombia, y también a Argentina.

Y al llegar a este último país, toca un asunto espinoso para los argentinos: las Malvinas/Falklands.

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