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La presión de la oposición y las críticas de la comunidad local e internacional por las fuertes imágenes que dejó la represión del pasado miércoles contra los manifestantes, obligaron al presidente de Brasil, Michel Temer, a derogar este jueves el decreto que autorizaba el empleo de las Fuerzas Armadas en las calles de Brasilia (capital) ante las protestas violentas de ayer, las cuales dejaron al menos 50 heridos heridos, uno de ellos de bala.


La nueva decisión fue publicada esta mañana en el Diario Oficial, donde explican que una vez “cesados los actos de depredación y de violencia, con el consecuente restablecimiento de la ley y el orden”, la presencia de las tropas en las calles ya no es necesaria.


Pero según el diario Folha de Sao Paulo, Temer cambio de planes luego de ser alertado por sus asesores sobre los efectos negativos de la medida en su imagen política.


En tanto, el presidente del Partido de los Trabajadores (PT), Rui Falcão, calificó la represión de innecesaria y desmedida. “Esto es un retroceso a los años de plomo de la dictadura militar”. Mientras para algunos analistas, la presencia del Ejército responde a una estrategia de Temer de mantenerse en el poder.


Ayer, Temer, mismo que está siendo investigado por presuntos actos de corrupción, dio la orden de sacar al Ejército a las calles de Brasilia tras la manifestación convocada por sindicatos que derivó en graves actos de violencia en la Explanada de los Ministerios, avenida que concentra todos los edificios del poder público de ese país con el objetivo de mantener el orden.


Los manifestantes, que exigían la renuncia de Temer, incendiaron la planta baja de la sede de la cartera de Agricultura, situación que el mandatario brasileño calificó de “inaceptable”.


(Con información de EFE)


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