El presidente electo de Filipinas, Rodrigo Duterte, advirtió que buscará reimplantar la pena de muerte en el país, que definió como un "método de venganza" contra los criminales, informó la prensa local.
"Voy a ser extremadamente duro contra los delincuentes", aseguró el próximo mandatario, que en su campaña electoral prometió acabar con el crimen en Filipinas en menos de seis meses.
Duterte ha defendido en varias ocasiones la pena capital para Filipinas, abolida en 2006 por la expresidenta Gloria Macapagal Arroyo, para reducir las tasas de crimen y la drogadicción.
En concreto, ha asegurado que quiere imponer la sentencia por ahorcamiento, y no sólo para personas que cometan asesinatos, sino también para crímenes relacionados con drogas ilegales, violaciones o robos de vehículos en los que el propietario sea asesinado. Asimismo, instruiría a la Policía para perseguir a los traficantes de drogas y disparar a matar si se resisten a ser detenidos.
Recientemente, la Policía de Filipinas admitió que, desde el pasado 9 de mayo, cuando fue elegido Duterte, el número de traficantes muertos ha aumentado en un 200%, algo que ha inquietado a varias organizaciones no gubernamentales.
Sin embargo, el próximo presidente ha rechazado rotundamente los informes de organizaciones de defensa de derechos humanos que consideran que la pena de muerte no contribuirá a reducir los índices de delincuencia. Él se dice convencido de lo contrario.
(Con información de Notimex)