Estados Unidos dio este lunes un paso osado para buscar la caída del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro: anunció sanciones a la petrolera estatal de ese país, PDVSA.
La empresa proporciona ingresos vitales a Venezuela, que según Washington son usados por Maduro y su gobierno con fines corruptos y para mantener el control del país.
“La acción de hoy asegura que ya no puedan saquear los activos del pueblo venezolano”, afirmó el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton.
Esto ocurre menos de una semana después de que el líder de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, se autoproclamara “presidente encargado” de su país, basándose en los artículos 233, 333 y 350 de la Constitución, lo que Maduro considera como un “golpe de Estado”.
Guaidó fue de inmediato reconocido por una decena de naciones de América Latina, Canadá y, lo que causó más revuelo internacional, por EE.UU.
Si el reconocimiento a Guaidó fue una acción sorpresiva del gobierno de Donald Trump, las sanciones a PDVSA suponen una intrépida jugada financiera.
Se trata de una medida que Washington sopesaba desde hace tiempo, pero que hasta ahora había evitado debido al impacto que puede tener en un país que ya sufre una colosal crisis económica y humanitaria.
“Existía la preocupación de que si se apuntaba al sector petrolero, eso podría llevar a un colapso aún mayor de la economía venezolana y un mayor sufrimiento del pueblo venezolano”, dijo Mark Feierstein, exdirector de asuntos hemisféricos en el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Barack Obama.
“Ahora probablemente existe la sensación de que el régimen de Maduro podría estar contra las cuerdas y que este es el tipo de esfuerzo que podría impulsar y lograr un cambio de gobierno“, agregó en diálogo con BBC Mundo.
El factor militar
Venezuela envió el año pasado un promedio de unos 500.000 barriles de crudo por día a EE.UU., prácticamente la mitad de lo que el país exporta a todo el mundo.
Aunque esos envíos petroleros a EE.UU. han disminuido a menos de la mitad en los últimos años, todavía generan gran parte del flujo de caja de la empresa petrolera estatal de Venezuela.
Bolton indicó que EE.UU. espera que las medidas bloqueen US$7.000 millones en activos de PDVSA y corte ganancias de US$11.000 millones por exportaciones en el próximo año.
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