Tal como lo ha hecho en repetidas ocasiones la Organización Mundial de la Salud, la versión para América de la misma, la Organización Panamericana de la Salud, llamó a los países más favorecidos a compartir sus excedente de vacunas contra la COVID-19, pues de lo contrario, se necesitarán “años” para poder controlar la pandemia en el continente.
En su conferencia de prensa semanal, la directora del organismo, Carissa Etienne, dijo que de los cinco países con mayor tasa de mortalidad por COVID-19 en el mundo, cuatro están en América. Uno de ellos es México.
Señaló que gracias a que Estados Unidos, Canadá y España han hecho compromisos de donar millones de dosis, o bien, financiarlas, hay expectativas favorables, pero no son suficientes. Dijo que espera que otros países sigan los mismos pasos, y que lo mismo hagan las instituciones financieras mundiales.
“Las donaciones de vacunas son esenciales en el corto plazo” para enfrentar la situación que vive América Latina.
La funcionaria dijo que el mundo vive una gran desigualdad en el acceso a las vacunas, y que si esto continúa, aunado a las tasas de mortalidad en la región, “pasarán años antes de que podamos controlar el virus en América”.
Dijo que apenas 10% de la población de América Latina y el Caribe ha sido vacunada por completo. La situación más crítica la viven los países caribeños y centroamericanos.
“Si la actual tendencia continúa, las disparidades sociales, sanitarias y económicas de nuestra región seguirán creciendo aún más”.
Una de las peores situaciones la vive Venezuela, país que no ha recibido ningún lote de vacunas del mecanismo Covax, una iniciativa de la OMS para canalizar dosis de vacunas de países ricos a países pobres.
La situación ha empeorado en los últimos días en Colombia, Bolivia y Haití, en tanto que en México se reportan 229 mil muertes oficialmente registradas, pero según cálculos estadísticos de la Universidad Johns Hopkins, se han superado en México los 600 mil fallecimientos.