El presidente Andrés Manuel López Obrador esgrime la “investidura presidencial” y las mentadas de madre proyectadas por TV Azteca como pretexto para no acudir a atender la emergencia en Acapulco, y agregó que no puede permitir que lo ninguneen.
A prácticamente tres semanas del calamitoso arribo del huracán Otis a Guerrero, en su conferencia de prensa, realizada este martes en Sinaloa, el tabasqueño justificó su indolencia y descuido hacia la situación que se vive en aquel estado. Si su gobierno ya había recortado, primero, y después retirado la declaración de emergencia, además de que su bloque en la Cámara de Diputados no etiquetó ni un quinto para atender específicamente las condiciones tras el desastre, ahora le quedaba expresar el pretexto para intentar explicar su ausencia cuando el pueblo lo está pasando muy mal.
El pretexto argüido por López Obrador para no acudir a Guerrero fue que habría provocadores en caso de visitarlo. El mandatario, que en buena parte de su gobierno alternó en actos con gobernadores en los que estos se llevaban rechiflas de sus partidarios, dijo para justificar su ausencia: “Es que si voy —porque a mí me gusta decir lo que pienso—, si voy y les digo a ustedes: ‘Voy a estar en la colonia Regeneración en Acapulco’, sí, me van a ir a ver muchos porque… En Renacimiento, exactamente, en Renacimiento o en Emiliano Zapata, me van a ir a ver muchos, porque me quieren como yo los quiero, el pueblo. Pero me van a mandar a 10, 20 provocadores con la televisión. Si no he ido por eso”.
Y otra vez se fue contra la televisora de Ricardo Salinas Pliego para excusarse: “Y en Azteca hicieron unos reportajes y le abrieron el micrófono a gente para que me mentaran la madre. Entonces, no puedo exponerme; no es Andrés Manuel: si se tratara de Andrés Manuel, respondería yo como cuando estábamos en la escuela, como cuando estaba yo estudiando en Tepetitán, que había algo y decíamos: ‘A la salida nos vemos’”.
El tabasqueño, que como presidente ha leído mentadas de madre contra él e insultos contra su esposa de forma pública, añadió: “No: soy el presidente de México. Tengo que cuidar la investidura presidencial: no soy Andrés Manuel, soy el presidente y no puedo permitir que nadie me ningunee. O sea, prestarme, caer en una provocación, que eso es lo que quieren”.
El presidente, quien no visitó, por ejemplo, a los lesionados por el derrumbe de un tramo de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, dijo sin determinar el sujeto: “¿Saben qué buscaban en el caso de Acapulco? Todavía lo estoy viendo. ¿Saben qué buscaban? Muchísimos muertos, porque son buitres. Lamento mucho que sea temporada de zopilotes. No les importa la gente; es falso que les preocupe el dolor del pueblo. Su único dios es el dinero. Y querían muchísimos muertos”.
Después el tabasqueño narró su odisea para llegar a Acapulco tras el huracán, cuando él tuvo que ser el primer rescatado, y luego, a la de sin susto, sin orden ni concierto, engarzó ese asunto con una crítica al respaldo de Vicente Fox y Felipe Calderón a Javier Milei pese a las declaraciones de este contra el papa Francisco.
Es el presidente de México.