El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró el atentado contra el periodista Ciro Gómez Leyva como asunto de Estado, dijo que no es fácil llegar a los autores intelectuales pero insistió en no descartar un “autoatentado” y, por enésima ocasión, estigmatizó a ese comunicador.
En su conferencia de prensa de este viernes, realizada en el antiguo Palacio del Ayuntamiento, sede del Gobierno de la Ciudad de México, el presidente fue preguntado sobre el estado de la investigación sobre el ataque contra el comunicador de Radio Fórmula.
En su respuesta el presidente reconoció que es un asunto grave, y puso por delante que él habría sido víctima: “Porque imagínense que se hubiese consumado este atentado, se hubiese cometido un crimen: la campaña de desprestigio en contra del gobierno”.
Pero se quiso corregir a continuación y le dio la categoría de Estado: “Aparte de que estamos hablando de la pérdida de una vida humana que quizá…. No quizá: eso es lo más importante, pero también tiene una connotación política, y es un asunto de Estado. Entonces por eso di la instrucción a fondo en la investigación”.
Y añadió que dio la instrucción de investigar porque “esto también es un asunto político y tiene que ver con la seguridad del Estado, tiene que ver con la estabilidad del país”.
Después de decir que ya hay detenidos, dijo que se busca a los autores intelectuales para saber cuál fue el propósito y advirtió que “no es fácil llegar a ellos”.
Al respecto comentó que su gobierno podría impulsar reformas para que haya delincuentes que puedan colaborar como informantes en asuntos de Estado como la desestabilización, el sabotaje y la subversión, a cambio de “tener una consideración en sus penas”.
E insistió en promover su hipótesis del “autoatentado” en el caso de Gómez Leyva: “Sí, es que es muy obvio. ¿Por qué van sobre un periodista famoso que además tiene diferencias con nosotros, en buena lid? Como suele suceder en las libertades, cuando hay democracia no hay pensamiento único, se tiene que garantizar el derecho a disentir, pero ya dar un paso de esos para crear una sospecha de que el gobierno está promoviendo la represión, está silenciando a voces opositoras, todo eso ya son palabras mayores. Y yo no descarto que el conservadurismo haga eso. Bueno, lo han hecho históricamente, golpes de Estado, destituyen, reprimen. O sea, no estoy inventando nada”.
En otra parte de su conferencia López Obrador volvió a estigmatizar a Gómez Leyva y a otros periodistas al recordar por enésima ocasión su supuesta relación con el “superpolicía mexicano”: “Ya lo he dicho varias veces: me llamaba la atención de que los llevaba a los periodistas más famosos García Luna a un búnker. Ciro, sí —me acuerdo de Ciro, cómo no—, Marín, y salían: ‘¡Oh, oh! ¡Qué adelanto tecnológico, el manejo de cámaras! ¡Cuánto profesionalismo! Y defendiéndolo a él y a todo el gobierno: ‘Qué bueno que no les temblaba la mano’. Esa era la norma en esos tiempos, no les importaban los derechos humanos, no había quejas, y se dedicaban a aplaudir y a callar como vasallos”.
También habló de que frente a la guerra de Calderón “los medios callaban como momias. Ahora hablan de militarización los que desataron la militarización, pero además se les olvidó a los comunicadores famosos, a Ciro y a Loret de Mola, a todos ellos, de que había consigna de rematar a heridos en enfrentamientos, de que había masacres”.
Muchas organizaciones internacionales de periodistas y defensoras de la libertad de expresión hay llamado al gobierno mexicano a cesar esas expresiones estigmatizantes, sin ningún resultado hasta hoy. En ese ambiente atizado por López Obrador se realizan las investigaciones del atentado contra Gómez Leyva.