Tras la presentación de las declaraciones de Celso Ortega Jiménez, líder de los Ardillos, de que los Zetas también financiaron la campaña electoral de Andrés Manuel López Obrador en 2006, el presidente volvió a descalificar el trabajo periodístico y a solicitar pruebas que él casi nunca presenta cuando hace acusaciones.
El jueves por la noche Latinus presentó una entrevista con Ortega Jiménez en la que reveló que, cuando trabajaba en Michoacán con Omar Treviño Morales, “el Z-42”, este le ordenó operar políticamente a favor de López Obrador, entonces candidato presidencial, ya que le estaban pagando su campaña.
Asimismo, el líder de los Ardillos se refirió a los acuerdos que ha establecido con Morena en Guerrero para dar apoyo electoral a cambio de cargos y concesiones, como dijo que ocurrió con Norma Otilia Hernández, alcaldesa de Chilpancingo, y con un contacto de Félix Salgado Macedonio.
Sobre ello habló el presidente en su conferencia de prensa de este viernes, en la que volvió a exigir lo que él, un difamador nato, pocas veces o nunca ofrece: pruebas, además de sus acusaciones contra Carlos Loret de Mola.
Según dijo el tabasqueño, Loret entrevistó al jefe de una banda (hasta donde se sabe, no fue ese periodista) “que le dijo que yo había recibido o me habían entregado recursos, o habían aportado a la campaña de 2006, y todo un despliegue informativo”.
Continuó: “Pruebas, ¿dónde están las pruebas?, ¿y para qué ese montaje de manera ridícula? Un encapuchado”, expresó López Obrador, que en muchas ocasiones se ha referido a Genaro García Luna, quien fue procesado y condenado básicamente por testimonios, a veces hasta de oídas, caso para el que no exigió otro tipo de pruebas.
Al tabasqueño no le podían faltar las invectivas contra Loret de Mola, ya que, sin ninguna evidencia, dijo que creía que la entrevista “se hizo donde está su hacienda en Valle de Bravo. Debe de tener como ahí los sets de televisión, como cuando decía los de Genaro García Luna”.
Sin más elementos que una foto, López Obrador volvió a acusar al periodista: “Él es el que tiene que dar una explicación cómo es que se hizo tan millonario, tan rico, y sus vínculos con García Luna. Eso es lo que tiene que explicar”.
López Obrador insistió en otra de sus líneas: que la entrevista es un “montaje calumnioso” a favor de la oposición, “guerra sucia”, pero que “no pasa nada”.
“Imagínense si viviésemos en una dictadura, ¿estaría Loret de Mola haciendo reportajes calumniosos? Y todos los medios”, dijo el presidente.
