Los elementos con los que una jueza determinó que Yasmín Esquivel Mossa es autora de la tesis de licenciatura por la cual se le acusa de plagio son, al menos, muy discutibles, mientras que dejó de considerar otros que son relevantes, según muestra un reportaje de El País.
En el texto “La jueza concluyó que Esquivel no plagió la tesis de la UNAM por la antigüedad del papel y dos testigos que la vieron escribirla”, de Zedryk Raziel y Beatriz Guillén y publicada en El País, se analizan y critican los elementos que la jueza María Magdalena Malpica Cervantes usó para sentenciar que Esquivel Mossa es autora de la tesis de licenciatura plagiada, así como los que no tomó en cuenta.
Los autores tuvieron acceso a la sentencia de la jueza, dictada el 17 de mayo y dada a conocer por la defensa de la ministra el 8 de junio, con la cual Esquivel Mossa dijo dar por cerrado el asunto. En ella los periodistas encontraron que para llegar a su resolución Malpica Cervantes utilizó peritajes sobre la antigüedad del papel, un cotejo de firmas, una confrontación de las tesis de licenciatura y doctorado de la ministra y declaraciones de un par de testigos. Quien resultó plagiario, Édgar Ulises Báez Gutiérrez, no se presentó en el juicio ni defendió su autoría, la que a fines de diciembre del año pasado había reivindicado frente a un periodista.
Para reclamar la autoría de la tesis de licenciatura en litigio, los abogados de Esquivel Mossa hicieron referencia al interés de ella en el tema: que trabajaba en 1983 en Bancomer, en cuyo sindicato militaba, lo que, con sus cursos de Derecho al Trabajo, su posterior empleo en la entonces Delegación Coyoacán y una huelga del Sindicato de Trabajadores de Confianza de la Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril, despertó su interés en el tema que desarrollaría en su tesis.
Otros elementos que consideró la jueza fueron los testimonios de un par de personas que afirman que vieron a Esquivel Mossa elaborar su tesis y que declararon hasta haberla discutido con ella. Una de ellas dijo que hasta le mecanografió partes del trabajo y que la acompañó a bibliotecas. Sin embargo, los periodistas afirman que “no hay registro de que esas personas hayan coincidido con Esquivel en las aulas”.
Los reporteros indican que buena parte del alegato de la defensa de la ministra se basa en cuatro hojas que Esquivel Mossa entregó a su asesora con el índice mecanografiado de su proyecto de tesis; en la primera de ellas, a mano y a manera de recibo, está escrita la leyenda “Dic. 1985”.
Según el alegato de la ministra, prácticamente habría concluido la redacción de su tesis en 1986, cuando su asesora le habría facilitado una copia a Baéz Gutiérrez. Este la habría plagiado y, debido a las múltiples ocupaciones de Esquivel Mossa, hizo más rápidamente sus trámites de titulación, por lo cual la entregó antes. Esa versión fue aceptada por la jueza.
Otra prueba que Malpica Cervantes validó fueron dos peritajes sobre el papel de las cuatro hojas mencionadas antes. Uno determinó que el envejecimiento corresponde efectivamente a diciembre de 1985, y otro que no habían sido alteradas ni manipuladas.
Sin embargo, a ello los reporteros de El País oponen la opinión de un par de editores de libros que negaron la posibilidad de que un análisis pueda determinar con tanta exactitud a qué año corresponde el material analizado porque su envejecimiento depende de muchos factores.
Un elemento más aceptado por Malpica Cervantes fue que una especialista declaró que la firma que está en el documento mencionado sí corresponde al estilo que Esquivel Mossa usaba en 1985-1986.
En la sentencia también fue considerado un dictamen lingüístico en el que se señaló que la tesis de licenciatura y de doctorado de Yasmín Esquivel fueron escritas, pensadas y realizadas por la misma persona. Ese peritaje fue anterior a que El País revelara que el 45 por ciento de la tesis de doctorado de Esquivel Mossa fue plagiado de textos de 12 autores.
Los reporteros señalan que Malpica Cervantes apenas hace análisis de los textos para definir cuál es el original. Destacan que una diferencia importante entre ambos es el trabajo de campo (50 páginas) que sí está presente en el de Báez Gutiérrez y no en el de Esquivel Mossa, y que sirve para fundamentar algunas conclusiones de la tesis, lo que fue desechado por la jueza.
Asimismo, los periodistas encontraron que Esquivel Mossa utiliza en su texto expresiones que corresponden a la tesis de Báez Gutiérrez, como el título mismo del trabajo, que varía un poco, por ejemplo.