En México las autoridades han respondido a las manifestaciones de las mujeres con la vulneración de derechos humanos, uso excesivo de la fuerza, detenciones ilegales, abusos y estigmatización, considera Amnistía Internacional (AI) en vísperas de las movilizaciones por el Día Internacional de la Mujer.
En su informe México: la era de las mujeres. Estigma y violencia contra mujeres que protestan, esa organización se centra en el análisis de cinco expresiones de protesta de mujeres contra la violencia de género, ocurridas en León, Guanajuato; Culiacán, Sinaloa; Ecatepec de Morelos, Estado de México; en Ciudad de México, y en Benito Juárez, Quintana Roo.
De ello la organización encontró que diversos gobiernos han violado los derechos de las mujeres y las niñas a la reunión pacífica, a la libertad, a la integridad personal, a estar libres de tortura y de tratos crueles, así como a una vida libre de violencia.
Según el documento, “las autoridades responden a las protestas de mujeres y contra la violencia de género contra las mujeres, con excesivo e innecesario uso de la fuerza, con detenciones ilegales y arbitrarias, con abuso verbal y físico basado en el género contra las mujeres y con violencia sexual”.
Además señala que también las protestas de las mujeres han comenzado a ser estigmatizadas como violentas, los que “genera un ambiente hostil al derecho de reunión de las mujeres, deslegitima su activismo y facilita que tanto autoridades como particulares ejerzan violencia en su contra”.
Esa estigmatización, señala AI, va desde la concepción de que el rol de las mujeres es quedarse en casa y no protestar, o que no son propias de ellas acciones como hacer pintas (incluso en monumentos) y romper cristales.
También AI considera que “el hecho de intentar justificar las violaciones de derechos humanos sufridas por las mujeres con base en la conducta de las propias mujeres constituye, en sí mismo, un estereotipo que las discrimina por atreverse a protestar”.
De las mujeres agredidas en el documento son destacadas las que padecen exclusión y marginación, las que se cubren el rostro y visten de negro, además de las manifestantes cuya edad va de los 12 a los 17 años, de quienes los gobiernos no han garantizado el interés superior de la niñez.
Entre los abusos policiales que documenta el informe están el encapsulamiento de manifestantes en la Ciudad de México, el uso arbitrario de la fuerza letal en Cancún, detenciones “preventivas” en Culiacán, arrestos ilegales y arbitrarios en León y el desalojo con uso excesivo de la fuerza de oficinas en Ecatepec de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México.
El informe también destaca el preocupante y continuo uso de formas de violencia sexual que hacen las fuerzas policiales en contra de las manifestantes como una forma de aleccionarlas y castigarlas por ejercer su derecho de reunión.
AI también advierte que aunque las autoridades pueden establecer ciertas restricciones para prevenir daños, no deben tomar medidas para restringir derechos humanos ni impedir la manifestación pacífica por la conducta violenta de algunas participantes.
A partir del análisis del comportamiento de las autoridades contra las manifestantes, AI les hace algunas recomendaciones: abstenerse de declaraciones estigmatizantes, reconocer la legitimidad de las manifestaciones feministas, reconocer las pintas como libertad de expresión y no como actos violentos y respetar el derecho a cubrirse el rostro.
Además dar seguimiento a los casos de tortura sexual, evitar la revictimización de las agredidas, responde de manera diferenciada y proporcionada a quienes cometan posibles hechos de violencia, investigar abusos policiacos, garantizar el acompañamiento interinstitucional de las manifestaciones, evitar las detenciones arbitrarias y que cualquier persona que sea detenida sea informada inmediatamente del motivo de ella y del derecho a comunicarse con un abogado.
Sobre el tema de las manifestaciones de las mujeres, en su conferencia de prensa de este miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que en México están garantizadas los derechos da manifestación y de expresión de las mujeres. Pero también advirtió: “La única cosa, aprovechando, es que las manifestaciones sean pacíficas, porque también si hay violencia pues es una contradicción. ¿Cómo se lucha en contra de la violencia y se manifiestan de manera violenta? Eso lo considero contradictorio, pero se respeta a todos, y a todas las mujeres. No hay prohibición”.
Añadió, “como recomendación”, que “sean manifestaciones pacíficas, que no se dañe a establecimientos comerciales, que no se afecten monumentos públicos y mucho menos que se agreda a otras personas, y que también haya cuidado para que no vayan a dañarse de los mismos manifestantes, mujeres u hombres, porque que la vez pasada tiraron bombas”.
Y concluyó: “A veces hasta se afecta a quienes van a manifestarse y a protestar legítimamente, entonces, que se cuiden, y a gritar y a corear y con todo, y con libertad, pero sin violencia”.
