El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano señaló que para superar las condiciones actuales del país no sólo se requiere señalar a los responsables de ellas, sino políticas de Estado para beneficiar a las mayorías. Añadió que, si hubo ilegalidades, se deben fincar responsabilidades, y convocó a ir más allá de los subsidios sociales hasta extinguirlos con otro tipo de políticas.
En la presentación del Informe del Desarrollo en México. Coordenadas para el debate del desarrollo, publicación del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) coordinada por Enrique Provencio y Rolando Cordera, Cárdenas Solórzano señaló la realidad del país en las últimas cuatro décadas, de gran concentración de la riqueza y daños a las mayorías, por lo que es necesario emprender un nuevo esfuerzo gubernamental.
“Para alcanzar una realidad distinta a la de hoy, la gestión pública tiene que ser diferente a como se ha llevado en los últimos tiempos (diría yo en los últimos 40 años), lejos de las prácticas del neoliberalismo económico, de la concentración de la riqueza en pocas manos, de la subordinación económica y política, y de la desigualdad social inducida por las políticas del Estado.
“Tenemos claro cuándo empezaron a instrumentarse las políticas que han llevado a las condiciones que actualmente se viven en nuestro país. Podemos identificar a quienes, de dentro y de fuera, se han beneficiado preferentemente con estas políticas y, desde luego, qué sectores de nuestra población y de nuestra economía han sido los más perjudicados”, afirmó el ingeniero.
Pero el histórico líder de izquierda señaló que no basta con señalar a los culpables de esa situación, a quienes se les debe procesar si incurrieron en ilícitos: “Revertir estas condiciones requiere algo más que responsabilizar de ello a los individuos que tomaron las decisiones en el pasado, y si a este respecto hubo atropellos a la ley siempre es tiempo de fincar las responsabilidades que correspondan”.
Señaló que un gobierno legítimo puede cambiar el rumbo y no permanecer pasivo, por lo que “tiene el mandato popular y democrático, y la obligación moral, de impulsar acciones que favorezcan la elevación de las condiciones de vida de la población, de condiciones para el ejercicio efectivo de la soberanía nacional y de los derechos democráticos, propicien el crecimiento de la economía, el avance de la ciencia y el florecimiento de la cultura”.
Cárdenas Solórzano dijo aplaudir varias de las propuestas contenidas en el libro, como un sistema de seguridad social y una renta básica universales, así como una profunda reforma fiscal que garantice los recursos necesarios para el desarrollo en el largo plazo. Sobre ellas agregó que, de contarse con la voluntad política, pueden llevarse a la práctica.
Acerca de los programas sociales, Cárdenas Solórzano reconoció algún impacto positivo, pero remarcó que deben ser sustituidos hasta su desaparición por políticas de empleo, capacitación y desarrollo regional.
“Reconociendo las bondades de los subsidios sociales para aliviar carencias, habrá de llegar el momento de instrumentar en paralelo, políticas que sustituyan los subsidios sociales hasta llegar a su extinción por esas con nuevas políticas: la creación de trabajo formal, la capacitación para el trabajo, la prolongación de cadenas productivas o programas de desarrollo regional, por ejemplo, hayan permitido superar las carencias”, explicó.
Asimismo, el exjefe de Gobierno del Distrito Federal señaló la debilidad institucional del Estado mexicano: “Debemos tomar conciencia que uno de nuestros grandes problemas, que se viene arrastrando desde muy atrás, es que hemos sido incapaces, Estado y sociedad, juntos y separados, de organizar con solidez la vigencia plena de un Estado de derecho y la participación democrática de la gente en la conducción de Estado”.
Esa falta de institucionalidad ha provocado que espacios sean ocupados por el crimen, por lo que “en las condiciones actuales, crecimiento y paz social demandan que el Estado se apodere y rescate territorios y actividades que hoy controla y en los que hoy impera la delincuencia, que sea su presencia la que se imponga mediante la implantación y expansión de proyectos productivos, escuelas, universidades, clínicas, programas de innovación tecnológica y capacitación para el trabajo en cada porción del territorio nacional y se desplacen así estos graves cánceres”.
Agregó: “Si social e institucionalmente existe un vacío en el territorio que no ocupa el Estado, alguien lo va a ocupar. La presencia y acción permanentes del Estado con las que mantendrán, a lo largo y ancho del territorio, colectividades sanas y constructivas, así como economías en crecimiento sostenido”.
En su intervención en el acto, el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, dijo que en las distintas dependencias de la UNAM la actividad académica “es un verdadero crisol en donde caben todas las ideologías y todas las posturas, pero todas ellas con rigor académico”.
En el texto de presentación del libro sus coordinadores, Enrique Provencio y Rolando Cordera, señalan que la primera parte de la obra “plantea las posibilidades de un desarrollo que trascienda los límites de la etapa neoliberal”. El libro se puede descargar aquí .
En octubre pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que la UNAM se volvió individualista y defensora de proyectos neoliberales, e incluso señaló que se “derechizó”.
Sobre lo abordado en la presentación del libro, cabe recordar que el pasado 1 de agosto se realizó una consulta para determinar si se emprendían acciones para el esclarecimiento de decisiones del pasado de actores políticos, promovida por López Obrador, su partido y sus seguidores como “contra los expresidentes”.