Alumnos y profesores talentosos de química son un objetivo de reclutamiento para los carteles mexicanos, que se infiltran en universidades, mayormente privadas, para atraer a estos especialistas y así sintetizar tanto los precursores como la droga y así dejar de depender de los proveedores chinos.
Así lo señala una investigación publicada este domingo por el diario The New York Times, que advirtió que no, no es una alusión a la famosa serie “Breaking Bad”, sino algo que está ocurriendo en Sinaloa.
No obstante la aclaración, la presidenta Claudia Sheinbaum se quiso hacer la graciosa y dijo esta mañana que la idea del reportaje la sacaron de “una serie muy famosa” de la cual no dijo el nombre, pero que, insistió, presenta a “un profesor de Estados Unidos” que hace eso: cocinar droga.
Según ella, lo informado por el diario es una invención, algo copiado de esa serie. Pero hay que recordar que diversos trabajos periodísticos han documentado, por años, que los carteles acuden al reclutamiento de profesionales de diversas áreas, como contadores, financieros, médicos, enfermeras y enfermeros, pilotos, expertos en telecomunicaciones, informáticos, militares, electricistas, mecánicos y más, por lo que no es fantasioso ni imposible que en su nómina tengan expertos en química.
“En su afán por construir imperios de fentanilo, los grupos delictivos mexicanos están recurriendo a una reserva de talento poco habitual: no sicarios ni policías corruptos, sino alumnos de química que estudian en universidades mexicanas”, dice el reportaje, firmado por las periodistas Natalie Kitroeff y Paulina Villegas.
El trabajo cuenta con los testimonios de siete cocineros de fentanilo, tres estudiantes de química, dos agentes y un reclutador, cuyos nombres se mantienen ocultos. Estos cocineros fueron reclutados en universidades, pues se busca personal con conocimientos especializado. Lo que queremos, dijo uno, es “sintetizar los compuestos químicos conocidos como precursores, que son esenciales para fabricar fentanilo, lo que los liberaría de tener que importar esos materiales de China”.
“Los estudiantes dijeron que tenían distintos trabajos dentro del grupo criminal. En ocasiones, dijeron, dirigen experimentos para reforzar la droga o crear precursores. En otras, supervisan o simplemente trabajan junto a los cocineros y ayudantes que producen fentanilo a granel”, dice y agrega que el reclutamiento de químicos de carrera se detonó durante la pandemia, en que era más complicado el trasiego desde China.
Agrega: “Un profesor de química de una universidad del estado de Sinaloa dijo que sabía que algunos estudiantes se matriculaban en clases de química solo para familiarizarse con las técnicas necesarias para cocinar drogas sintéticas. El profesor, que solicitó su anonimato por temor a represalias, dijo que había identificado a los estudiantes que encajaban en ese perfil por sus preguntas y reacciones durante sus clases”.
Uno de los estudiantes contó que el reclutador que visitó su universidad lo enganchó con 800 dólares por adelantado y le ofreció un salario mensual de 800 dólares. Aceptó y cinco días después fue trasladado por miembros del cártel, con los ojos vendados, a un laboratorio clandestino en las montañas.
“El candidato ideal es alguien que tenga conocimientos teóricos e inteligencia callejera, una persona emprendedora que no se acobarde ante la idea de producir una droga letal y, sobre todo, alguien discreto, dijo uno de los reclutadores en una entrevista”.
Los reclutadores revisan contactos entre amigos y conocidos, hablan con las familias y sondean si están dispuestos a esta clase de trabajo. “Somos una empresa. Lo que hace una empresa es invertir en sus mejores perfiles”.
Interrogada en la mañanera sobre el texto, Sheinbaum fingió no estar informada. “Pregunté en el gabinete y no hay información sobre esto. Ayer le preguntaba Paulina porque hay una serie, ¿no? De lo que ocurre en Nuevo México, hay una serie muy conocida que recibió muchos premios de un profesor de química en Estados Unidos que hace apología de esto, porque hace apología. Vi algunos capítulos, no la vi completa, tengo que decirlo, pero a la mejor de ahí lo sacaron porque no tenemos información”, dijo, entre risas.
Sin embargo, no lo negó, sino que dijo “que yo sepa, que yo haya visto”, al respecto solo está la serie de televisión.
“Entonces, esto que sale en el New York Times de que son jóvenes mexicanos estudiantes de química que están desarrollando las drogas, no necesariamente, empezó en otro lado, y que yo sepa, que haya visto, lo único que he visto es una serie de televisión de Estados Unidos que de alguna manera muestra cómo un profesor de química y además como si eso fuera bueno, se involucra en la producción de droga y en la venta”.
Aprovechó para culpar a las “farmacéuticas” de la crisis de opiodes que vive Estados Unidos, dijo que también en Canadá se consume fentanilo y, como abuela preocupada, pidió a los estudiantes “que no se metan a eso”.
El reportaje completo del NYT puede leerse AQUÍ.
ofv